Bodegas Monte la Reina con DO Toro y corona real

29/12/2023

Carmen Duerto.

Carolina Inaraja.

Lo que me ha llamado la atención de la Bodega Monte la Reina, no es su vino recio de Toro, algo que ya me esperaba, sino su modelo de negocio.

Sí, el vino es una industria y un negocio con más o menos poesía e historias humanas, pero si no eres rentable no tienes nada que hacer.

Y su creación es tan curiosa como su propietaria, Carolina. El padre, José Miguel Inaraja, un hombre emprendedor hecho a sí mismo, cuando tuvo el dinero necesario, gracias a un negocio de autobuses, se instaló en Zamora, cerca de su tierra vallisoletana, y fue comprando hectáreas en Toro. La ecuación estaba clara; tierra y agua, futuro asegurado.

Comenzó a cultivar a demanda del mercado y también a hacer su propio vino con las cepas prefiloxericas que había en la finca, que contaba también con un castillo neogótico muy bien conservado gracias al Conde de Villapadierna, que se lo había vendido. En el castillo pasaban las vacaciones todos los Inarajas y los amigos disfrutaban del vino que el patriarca hacia por capricho para compartir con los suyos. Cuando llegó el momento de pensar en cómo distribuir el patrimonio entre los tres hijos, los lotes estaban claros; los cultivos para el varón, la bodega y los vinos para Carolina y para la otra hija, la explotación de la tienda, el restaurante y el castillo para eventos y alojamiento con encanto al ser reconvertido en Posada Real.

Carolina con veintipocos se pone manos a la obra y en once años, siendo la bodeguera más joven de toda la DO de Toro, ha colocado a Monte la Reina en los primeros puestos de la liga. Ubicada a diez kilómetros del municipio zamorano de Toro, los vinos de Monte la Reina reflejan el terroir de la zona y son pioneros en la elaboración de verdejo en esta comarca.

Carolina Inaraja, que estudió ADE, y el enólogo, José Nuño, consiguen que la tradición conviva divinamente con la vanguardia vinícola en las 200 hectáreas de viñedo con uva tinta de toro, tempranillo, y 100 para la verdejo como absolutas protagonistas. Con ellas elaboran seis vinos tintos y dos blancos bajo la D.O. Toro.

Estamos en Castilla-León en tierras bañadas por el Duero y Carolina es un ejemplo de cómo se puede vivir y trabajar en la llamada España vaciada. Desde aquí sus vinos salen para Europa y Asia, especialmente para China y Japón donde son apreciados y muy cotizados. Carolina tiene muy claro que la rentabilidad es el objetivo de cualquier empresa para ello hay que estar en la vanguardia; “Gracias al vino he aprendido a ser más feliz, a vivir con pasión, a entender mejor quién soy y hasta dónde puedo llegar. El vino es más que un alimento, es un producto que traspasa fronteras para estar siempre en los mejores momentos de la vida de las personas. El vino genera sensaciones, despierta sentimientos. Te enseña los valores de una tierra, te traslada a un país, te deja saborear un clima. Es el tema de muchas conversaciones”.

Cuentan con una pequeña parcela de cinco hectáreas de chardonnay destinada a la elaboración de su espumoso. En muchos resort del Caribe se recibe a los huéspedes con las burbujas de Toro.

Monte la Reina cuenta con algunos de los viñedos más antiguos de España, con más de 100 años de antigüedad. Gracias al suelo arenoso, la filoxera, que atacó Europa a finales del s. XIX, no consiguió arrasar los viñedos en la zona de Toro. El insecto no conseguía avanzar y, por ello, la comarca es una de las pocas cuyas vides están plantadas a pie franco.

La importancia del terreno

El clima y la topografía de la zona son factores determinantes del carácter de los cultivos. Un clima continental, de fríos inviernos y veranos calurosos, altitudes que rondan los 750 metros y fuertes cambios de temperatura entre el día y la noche aportan las condiciones climáticas necesarias para que las uvas adquieran una excelente madurez y aroma.

Vinos con cuerpo

En septiembre llega el momento de la vendimia, de forma manual y mecánica dependiendo de los viñedos. Tras la recolección, las uvas se llevan a las dos salas de elaboración con las que cuenta la bodega, ambas con sistemas de control de la temperatura y humedad, tanto dentro como fuera de los depósitos, para garantizar el perfecto seguimiento de la fermentación y la elaboración de sus vinos. El parque de barricas está formado principalmente por las de roble francés, aunque también hay algunas de roble del Cáucaso para la elaboración de los vinos especiales.

Las referencias de Monte la Reina son variadas: desde vinos de la D.O. Toro con premios internacionales, como su reserva Inaraja, hasta otros más enfocados a winelovers o sangrías y tintos de verano frescos y desenfadados bajo la marca Carolina, que les permiten desarrollar los exquisitos “caprichos” que juegan en la cotizada liga de los amantes del vino de autor.

Los vinos

Joven, Roble, Crianza, Cuvée Privée, Vendimia Seleccionada e Inaraja —buque insignia de la casa— son los monovarietales de tinta de toro de Bodegas Monte la Reina. Con una crianza en barrica de roble francés que varía de los seis a los 16 meses, a excepción del joven que no tiene ninguna, son vinos intensos en aroma y color.

Elaboran vinos jóvenes, frescos, estructurados con gran intensidad de color propia de la zona y, por otro lado, vinos envejecidos, que ofrecen matices agradables, de fruta más madura, toques torrefactos y tostados.

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