David Rainville, gestor de Tecnología Global en Sycomore AM, parte del ecosistema de Generali Asset Management, explica que «los fundamentos de la demanda en el sector tecnológico siguen siendo relativamente resistentes a pesar del importante cambio en el entorno de los tipos de interés. Esta fortaleza sorprendió a la mayoría de los inversores y, combinada con mejores puntos de entrada en 2022, impulsó un fuerte repunte en el primer semestre de 2023. Otro catalizador de este repunte fue la popularización masiva de ChatGPT, que desbloqueó importantes inversiones de empresas hacia el sector de la IA generativa (Inteligencia Artificial). Creemos que la próxima oleada de inversiones en IA podría ser la megatendencia más impactante para el sector tecnológico».
Para esperar un futuro impulsado por la IA, «creemos que la infraestructura digital y las necesidades de ciberseguridad del mundo necesitarán una modernización significativa para manejar y procesar la cantidad de datos y potencia de procesamiento informático que creará esta megatendencia». La magnitud de las inversiones necesarias no tiene precedente, lo que ha repercutido en las expectativas de ingresos de empresas como Nvidia en más de 45.000 millones$ para el próximo año (de alrededor de 36.000 millones a ahora alrededor de 81.000 millones).
«En 2024, esperamos que la ‘tecnología profunda’, la infraestructura digital moderna y las empresas de ciberseguridad se beneficien enormemente de esta modernización. No solo creemos que esto ya ha comenzado en 2023, sino que lo vemos como una oleada de inversiones plurianual de más de un billón de dólares, a partir de las cuales los inversores en tecnología inteligente podrán ganar dinero. Al margen de esas inversiones específicas en IA, las tendencias de gasto en tecnología están empezando a dar un giro tras 18 meses difíciles de normalización y racionalización de los presupuestos de TI, después del fuerte movimiento del gasto en TI durante la pandemia de Covid. Esto se ha puesto de manifiesto en los últimos meses con el descenso de los envíos de servidores, la recuperación del gasto en PC, la mejora de los precios de los chips de memoria y la estabilización de las reservas de software». añade este experto.
«Como inversores sostenibles a largo plazo, favorecemos a las empresas que se beneficiarán de megatendencias a medio y largo plazo, que, al mismo tiempo ofrecen soluciones tecnológicas con un impacto positivo en nuestro mundo, ya sea desde un punto de vista medioambiental o social. Por ejemplo, Medtech y Edtech son temas que tendrán un impacto positivo en nuestra sociedad al mejorar los resultados en educación y sanitad. En términos más generales, creemos que las empresas que incorporan la tecnología sostenible en sus modelos de negocio probablemente también se beneficiarán aún más de estas tendencias. Buscamos empresas que traten de reducir las externalidades negativas, ya que éstas pueden generar costes y riesgos imprevistos que pueden afectar significativamente a la rentabilidad futura de la renta variable», apunta..
«Somos constructivos respecto a la renta variable tecnológica para 2024, con unas valoraciones aún poco exigentes y unos fundamentales en mejora, complementados por el inicio de una gran oleada de modernización de la infraestructura digital. Incluso si el entorno macroeconómico puede generar cierta volatilidad, creemos que disponer de una gama de temas de inversión atractivos a largo plazo que conlleven menores riesgos fundamentales y de sostenibilidad será con el tiempo una opción ganadora para los inversores en tecnología», concluye.
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