Cuando conocí la noticia no pude evitar tener que reírme un poco. Lucía Etxebarría dejaba de escribir por culpa de la piratería. Pues vale, Lucía.

Dijo que ella no iba a trabajar (escribir) como una negra durante tres años, para que luego, su libro, tenga más descargas ilegales que legales. Pues vale también, Lucía.

A ver, en el siglo que estamos la piratería está a la orden del día. Todo el mundo ha descargado alguna vez una canción, una película o un libro de Internet. Porque hoy en día tener Internet en casa, viene a ser igual, que tener teléfono, luz o agua. Todos descargamos copias ilegales, que son ilegales hasta cierto punto, porque nadie puede prohibirnos el poder compartir, el contenido que sea.

Que sí, que es una gran faena que te pases escribiendo un libro durante tres años y que a su finalización no veas los frutos que te gustaría ver, porque la gente se lo está descargando gratis desde Internet. No es tu culpa. Echaremos la culpa a la crisis. O echaremos la culpa a que los libros en papel, rozan a veces los 20 euros y que no nos podemos permitir una casa más grande donde ir almacenando libros y libros. Pero realmente, la culpa no es de nadie. Así son estas cosas.

Querida Lucía, sin ánimo de ofender, deberías de preguntarte: ¿por qué no compra la gente mis libros en papel? ¿por qué no paga la gente por una copia de mi libro?. Esa es la pregunta clave. Y una vez que tengas la respuesta trata de hacer algo para cambiarlo. Tal vez alguna gente quiera leer tu obra, pero no les importa en qué formato hacerlo y prefieran ahorrarse unos euros.

Yo, que soy ferviente lectora de poesía, me gusta tener mi estantería repleta de libros de papel, de mis escritores favoritos: Gloria Fuertes, Rodolfo Serrano (entre otros). Entonces, querida Lucía, deberías, en vez de declararte en huelga de escritura, hacer algo para cambiar eso y tratar de reinventar “algo”, para lograr que la gente quiera tener tu obra en papel o pagar los euros que correspondan por tu libro electrónico.

Porque es cierto que tenemos la opción de comprar el libro electrónico, pero los precios, sigo pensando, que son desorbitados y que a veces es más sencillo adquirir según qué libros descargando ilegalmente que buscando por la red y pagando el precio que corresponda. La piratería es cada vez más fácil y accesible.

Por eso Lucía, si te declaras en huelga, si dejas de escribir, estarás abandonando, además de tu vocación y tu sueño, lo mejor que sabes hacer, para tratar de vencer a un amigo invencible. Contra la piratería no se puede luchar (siempre existirá y seguirá viva) pero sí que se puede innovar, se puede mejorar el trabajo y como ya te dije antes, conseguir de alguna manera que tu libro sea ese que la gente quiera regalar a sus familiares y amigos, que sea ese imprescindible en la estantería de alguien. Ese libro que hay que tener como reliquia en papel o ese libro por el que pagar algunos euros en vez de conseguir gratis por Internet.

Pero querida, no digas que trabajas como una negra para nada, puesto que nada es en balde. Y todo tiene su recompensa aunque no sea económica ¿o solo te importa el dinero, y no el éxito que se pueda tener?.

Que sí, que comer tenemos que comer todos. Pero si cada vez que alguien piratea el trabajo de alguien deja de escribir o de cantar, entonces el arte se terminaría el mundo. Y lo que no sabes, y de lo que no somos realmente conscientes es que la piratería es, a veces, el impulso para las ventas. Pero esto ya te lo explico otro día, porque ya con la huelga de escritura bastante tienes, y además, he de decirte que Google arde, todo el mundo busca tu nuevo libro para descargar. La pena trae más pena. Sin embargo, la innovación solo trae éxito. Y tú solamente, con esto, has gritado a todo el mundo que descarguen tu libro a la voz de ya ilegalmente, has causado un morbo que te podrías haber ahorrado, y posiblemente ahora venderías lo mismo (o tal vez no), pero habrías quedado mejor.