«El funcionamiento del mercado de energía eléctrica europeo necesita
nuevos instrumentos para fomentar las inversiones en proyectos de
energías renovables a gran escala y en almacenamiento. Aunque en
teoría los mercados como el europeo podrían incentivar la inversión, en
la práctica no lo han logrado. De hecho, llegados a cierto punto de
madurez, el descenso del precio en los mercados eléctricos aminoró el
incentivo a la inversión a largo plazo en la instalación tanto de renovables
como de capacidad extra con fuentes complementarias (por ejemplo, el
ciclo combinado)».

Es la conclusión de un informe de EsadeEcPol-Center for Economic Policy sobre la reforma del mercado eléctrico europeo, elaborado por Pedro Linares, de la Universidad Pontificia de Comillas, Natalia Colladfdo y Jorge Galindo, de EsadeEcPol.

«En este contexto, shocks energéticos como los de los últimos años se
añaden a este problema estructural para subrayar la alta volatilidad que
tenemos en los precios a corto plazo cuando hay fuertes desequilibrios
entre la oferta y la demanda para las fuentes que habitualmente cubren
cuando las renovables no pueden entrar», subraya.

La motivación de la reforma de los mercados eléctricos europeos es por
tanto la de re-incentivar la construcción de capacidad de generación
que permita tomar de manera más decidida la senda de descarbonización
mientras se dota de mayor flexibilidad (tanto de oferta como de
demanda) que pueda producir una mayor estabilidad en los precios.

«Ahora bien: aunque estos objetivos últimos son compartidos entre
países, la manera de alcanzarlos no, por los distintos mix energéticos y
de consumo (industrial y también de hogares) de partida. Por ello, el resultado queda lejos de los mismos y en su forma actual la reforma del mercado eléctrico europeo se queda corta en varios aspectos clave», advierte el informe:

• → Primero, aunque reconoce la importancia de los instrumentos de
  mercado a largo plazo para las renovables, no consigue
  desarrollar mercados europeos eficientes para su integración.
• → Segundo, los contratos por diferencia, su instrumento central, se
  plantean más como apoyos gubernamentales que como
  herramientas de mercado accesibles para todos los actores.
• → Tercero, la falta de estandarización en los mercados de
  capacidad y flexibilidad permite a los estados miembros diseñar
  enfoques divergentes, pudiendo distorsionar el mercado único
  europeo.

«En cambio, donde la reforma sí ha acertado es en el establecimiento
de un mecanismo de emergencia común, bajo la supervisión de la Unión
Europea, y en el que las potenciales ayudas a los consumidores serían a
tanto alzado, de forma que no distorsionen la señal de precio (y por
tanto de ahorro)», reconoce el informe del centro de Esade.

«Las expectativas previas a la reforma del mercado eléctrico europeo
eran quizás demasiado altas, especialmente considerando que el diseño
del mercado de corto plazo actual llevó casi una década. Sin embargo,
esta reforma debe ser vista como un paso inicial, un proceso reflexivo
que sienta las bases para un desarrollo más prolongado. El objetivo
final debería ser la creación de un mercado eléctrico europeo
armonizado y enfocado en el largo plazo, un proceso que requiere
tiempo y consideración cuidadosa para lograr una integración efectiva
y coherente a nivel europeo», concluye.