¿A quién no le apetece disfrutar de una velada en un entorno agradable,
regada por excelentes vinos y compartiendo platos y picoteo de calidad? Si eres de los
que busca un local acogedor para tomar el aperitivo (o para comer o cenar bien),
alejado de postureos y centrado en el producto, Primeria Selection es tu sitio.
Ubicado en el centro de Marbella, se trata de un enclave en el que vivir una
experiencia culinaria personalizada, adaptada a lo que te apetece en cada momento y
en el que lo más recomendable es pedir de todo un poco para compartir y poder
probar el mayor número posible de platos.
El lugar es apetecible, al estilo de un colmado gourmet, y en el que también hay un
reservado en la parte posterior para unas diez o doce personas. Todo el espacio está
decorado con estanterías repletas de vinos, conservas y viandas, porque todo lo que
ves (y lo que comes) está a la venta y te lo puedes llevar a casa. Y es que uno de los
principales valores añadidos de Primeria es la calidad de los productos. Su propietario,
Luis Ureña, es distribuidor de las mejores delicatessen (caviar, ibéricos, ostras, angulas, vinos…) a algunas de las grandes cadenas de restauración más reconocidas de España.
Respecto a su propuesta culinaria hay una carta fija, pero lo más acertado es que
tengáis en cuenta la pizarra en la que escriben a mano las propuestas del día, porque
se basa en los productos estacionales del mercado.
¿Qué pedir? Hay que comenzar obligatoriamente con las gildas de la casa, que están
buenísimas, y los mejillones de gran calibre, que sirven sobre patatas fritas. Otros
bocados imperdibles son su selección de ostras, procedentes de los mejores caladeros
de Francia e Irlanda; las anchoas Sanfilippo con brioche artesano y mantequilla
pasiega; el perrito especial que se hace con una salchicha elaborada por Xesc Reina o
las patatas bravas.
Entre las verduras, puedes decantarte por las alcachofas fritas, los
espárragos con mayonesa de trufa y nuez rallada o las habitas baby.
Entre las opciones para comer con las manos, el mini bikini trufado con porchetta, queso fundido, pesto y trufa está muy bueno.
También hay dónde elegir en su cuidada selección de conservas y resulta imperdible en la comanda alguno de los ibéricos de primerísima calidad como el lomito de presa, la trilogía de salchichones o los embutidos y sobrasadas mallorquines.
Los quesos también merecen la pena porque seleccionan al detalle cada
producto y cada proveedor, y eso se nota en el paladar.
Si están en la carta del día, tanto la chuleta ibérica como el encebollado de una excelente ventresca de atún – guisado con amontillado y coronado por un huevo frito-, son platos de los que se recuerdan.
Atención a los panes, molletes y brioches porque los seleccionan entre los panaderos y
obradores de la zona.
Y respecto a la propuesta líquida, una de las especialidades de la casa son los vermuts. Además, hay tal cantidad de vinos y champanes en sus
estanterías que resulta difícil elegir.
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