Fotografías de Lucía Valero Merchante.

Además de sencillo, el pareado se hace obligado cuando el grupo Mercado de la Reina, que en la Gran Vía madrileña cuenta con tres locales (los dos que llevan el nombre del establecimiento y la coctelería Museo Chicote) y una veintena de años de éxito, decide llevar la sangría a la calle más transitada de la capital de España.

El Mercado de la Reina de Gran Vía, 10 cuenta con algo que  no tiene su ‘hermano mayor’ ubicado en el número 12: Sangría Bar. El primer bar de Madrid especializado en sangría ofrece una carta espectacular: Lolea, Martín Codax: Blanca y Rose; Lolailo, Bio, White; Mar&Sol: tinta y zurra, y la artesana Sangría Cabecita Loca. Hay para elegir.

Lo que no cambia es la propuesta gastronómica, apoyada en su horario (abre a las 9,00 y da la oportunidad de terminar la jornada con una copa nocturna): cocina de mercado, servicio a la altura y una estupenda relación calidad precio.

En un local confortable, el comensal es recibido en una zona de barra con sillas altas y otras bajas para disfrutar de un picoteo informal. Luego, su salón de dos alturas muestra el mosaico que homenajea a la movida madrileña, y sus clásicos cerdos rojos en el techo hablan del campo y de la cocina que ofrece.

Mercado de la Reina Gran Vía 10 ofrece una cocina sin grandes estridencias, basada platos sencillos, ricos, bien ejecutados y con producto nacional de primera. Entre ellos, sus clásicos, los platos estrella que han hecho famosos al grupo: la tortilla de patatas, la ensaladilla rusa o el pulpo al carbón. Y una espectacular carta de carnes premium: su tomahawk, entrecorte o solomillo, cocinadas a la vista de todos en una parrilla.

En nuestro caso, la sangría fue acompañada por unas espléndidas y bien presentadas berenjenas con miel, y unos espárragos trigueros, como entrantes. Los clásicos huevos fritos con jamón, un carpaccio de gambas, y el pulpo a la brasa, de plato principal. Una tarta de quedo y otra de chocolate, para endulzar la comida.

Todo acompañado por un servicio de primera, unos aperitivos que llaman la atención porque cada vez menos restaurantes los ofrecen, una cerveza bien tirada para abrir el apetito.

La sangría, de sobresaliente. como era de esperar con la gran apuesta que hace Mercado de la Reina Gran Vía 10. Y la comida, a la altura.