Curioso fenómeno el vivido en la jornada bursátil de hoy. A media mañana todos se las prometían felices después de que Italia lograra colocar todo su papel en el mercado de deuda y que la demanda respondiera bien. En cambio, a última hora todos pedían la hora con los índices en rojo brillante y a punto de perder el pulso.

¿Qué ocurrió entre estos dos momentos? ¡¡Nada!! Les prometo que no ha pasado nada grave, pero se ha despeñado el euro a mínimos de quince meses, aquejado de «banquitis cobarditis«. Resulta que ahora todos se hacen los sorprendidos en torno a que los bancos tienen depósitos récord en el BCE.

¿Cuántas veces he escrito aquí mismo que el interbancario está más seco que la mojama? ¿Alguien suponía que la subasta a tres años del BCE no iba a obrar este efecto? ¿Pensaban los sesudos analistas que los bancos se iban a lanzar a conceder créditos a empresas y particulares con ese dinero?

No me hagan reír, caballeros. Se les ve el plumero por todas partes. La cosa es de otra forma y bien distinta. En una sesión con un volumen ridículo todo se ha manipulado. Hay que meter miedo, mucho miedo, en especial en Alemania (ignoro la razón, pero el Dax va de mal en peor).

Miren, mientras el BCE no obligue a los bancos, metralleta en mano, a prestar dinero, no lo van a hacer. Y no lo van a hacer por culpa de quienes les han puesto unos objetivos de capital que les impide tener una operativa normalizada. Van a sanear el sistema financiero europeo sí o sí, pero a costa de destrozar toda la economía comunitaria.

En estos casos en los que la manipulación es tan evidente como lo ha sido hoy, el FTSE suele ser una buena referencia. A pesar del empuje de Alemania, la Bolsa de Londres sigue siendo la Bolsa de Londres. La City es la City, se ponga Francfort como se ponga, y además no están influidos por el dichoso euro. ¿Y que ha hecho Londres? Pues después de un largo puente, bajar mínimamente, en claro contraste con el desplome del Dax o el Ibex.

Tengan ustedes por seguro que si las cosas se ponen serias, Londres lo reflejará a la perfección y de forma inmediata, así que si no se apunta al «terrobajismo» será por algo.

Al cierre, el Dax cayó un 2.01%, exactamente lo mismo que el Ibex, en tanto que el CAC retrocedió un 1,03% y el FTSE un 0,10%.