Fundación Mapfre ha presentado las exposiciones Chagall. Un grito de libertad y Christer Strömholm. Ambos artistas vivieron de manera muy diferente los acontecimientos históricos europeos de la primera mitad del siglo XX y nos confrontan con ellos a través de su obra. Dos trayectorias aparentemente muy diferentes pero que expresan un profundo compromiso con la condición humana.
Las exposiciones podrán visitarse desde el 2 de febrero hasta el 5 de mayo en la sala de exposiciones de la Fundación, situada en el Paseo de Recoletos, 23, Madrid.
Marc Chagall atravesó algunos de los acontecimientos más traumáticos del siglo XX, entre ellos, las dos guerras mundiales, que le obligaron a experimentar el desarraigo y la migración, condición encarnada por las figuras que pueblan tantas de sus pinturas. Desde su infancia en Rusia, donde nació, pasando por Francia, Alemania, Palestina y Estados Unidos, hasta su vuelta a Francia después de un exilio de siete años, la exposición hace un recorrido completo por su trayectoria artística
En un desafío a los preceptos de sus raíces judías hasídicas, que restringían la representación de imágenes tridimensionales para evitar la tentación de idolatría, Chagall emprendió su carrera de artista muy temprano. Quizá fue esa restricción uno de los motivos por los que su pintura se mantuvo siempre en el terreno de la representación figurativa. Marcada por las vicisitudes vitales, su obra se mueve en un mundo entre lo real y lo imaginario, mostrando, sin embargo, el hondo compromiso de su autor con el hombre y sus derechos, con la igualdad y la tolerancia entre los seres.
Esta nueva lectura de la obra de Chagall busca poner de manifiesto su fe inamovible en la armonía y la paz universal, mediante el establecimiento de miradas y diálogos cruzados con la historia que se estaba escribiendo.
Con un recorrido ordenado de manera cronológica y temática, la exposición se compone de más de 160 obras y más de noventa documentos, en su mayoría inéditos, procedentes del Archivo Marc e Ida Chagall. Podrá contemplarse, por primera vez, una selección de los escritos del artista en yidis, su lengua materna, en la que expresaba preferentemente sus compromisos políticos y humanistas.
Destaca la ‘Commedia dell’arte’, una obra de dimensiones monumentales, encargada al artista para el teatro de Frankfurt tras la Segunda Guerra Mundial, Chagall compara el espectáculo del circo con el carácter trágico de la existencia humana.
Y El violinista verde, una pintura en la que el artista refleja su propio sentimiento de desarraigo tras abandonar Rusia de forma definitiva en 1922, a través de la representación del violinista, figura clave en las ceremonias judías, que deambula sin rumbo fijo sobre los tejados de su ciudad natal.
‘La crucifixión en amarillo’, realizada durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el artista se encuentra en el exilio, simboliza el sufrimiento del pueblo judío a través de la representación de Cristo con el paño blanco de oración o talit alrededor de las caderas.
También sobresalen, entre sus últimas obras, los estudios para los conjuntos monumentales en torno al tema de la paz, como los de la vidriera para la sede de Naciones Unidas de Nueva York o los de las vidrieras de la capilla de los Cordeleros de Sarreburgo.
‘La caída de Ícaro’ cierra el recorrido y funciona como una metáfora con la que el artista muestra cómo sólo el compromiso por la igualdad y la libertad y el respeto hacia el otro puede salvarnos de caer al vacío, a la vez que ejemplifica la exploración de técnicas, colores y empastes que protagonizan la obra tardía del artista.
Christer Strömholm
El sueco Christer Strömholm (Estocolmo, 1918-2002) es uno de los artistas más emblemáticos de la fotografía europea de posguerra. Con 16 años, vivió un suceso traumático que marcaría su vida y su trayectoria artística: el suicidio de su padre. Este suceso, unido a su participación en la guerra civil española y en la Segunda Guerra Mundial, dejó una fuerte huella en su vida y en su obra, que estará siempre imbuida de humanismo y compromiso social, lo que combina con un cierto carácter documental.
Desde muy joven, Strömholm había viajado por todo el mundo. Tras la guerra, en 1947, volvió a París, donde se dio cuenta de que la imagen fotográfica le permitía expresarse de una forma acorde a sus deseos, momento a partir del cual ya no dejaría de hacer imágenes
En la selección de imágenes se pueden observar las realizadas en España. Strömholm llegó a nuestro país en 1938, en plena guerra civil, cuando tenía veinte años, lo que supuso el despertar de su conciencia política, pues actuó ocasionalmente como correo de los republicanos.
A finales de los años cincuenta regresó de nuevo, esta vez como guía turístico de viajes que partían en autobús desde Suecia. Visitó entonces lugares como Barcelona, Madrid y Palma de Mallorca. Este trabajo le proporcionó la ocasión de fotografiar ambientes urbanos, prostitutas, guardias civiles, Marines norteamericanos, curas y niños.
Junto con el poeta y escritor Lasse Söderberg estuvo de nuevo en España en 1962 y 1963. Muchos años después, en 2013, se publicó el libro Resa i svartvitt [Viaje en blanco y negro], en el que relataron cómo experimentaron la realidad social del país bajo el régimen franquista.
La muestra cuenta con más de 150 imágenes y distinta documentación de archivo, entre la que se encuentra la película ‘Blunda och se’ [Cierra los ojos y ve], realizada por su hijo, Joakim Strömholm, en 1996.
El recorrido expositivo profundiza en la vida y el trabajo de Christer Strömholm: desde su participación en el grupo alemán Fotoform, a principios de los años cincuenta, pasando por sus múltiples viajes por el mundo, su fotografía urbana y sus retratos de artistas.
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