La Universidad Miguel Hernández de Elche y la Universidad Politécnica de Cartagena están llevando a cabo una investigación pionera que evalúa la utilidad de robots capaces de expresar emociones en el tratamiento de Trastornos del Espectro Autista. El objetivo central es proporcionar soluciones personalizadas mediante el uso de robots sociales para mejorar el comportamiento y la respuesta social de niños afectados por estos trastornos.

Muchos niños con TEA enfrentan dificultades en el reconocimiento de las emociones, y este proyecto se propone ayudarles a comprender y gestionar la información emocional de manera efectiva, según ha informado la UMH en un comunicado. La iniciativa, liderada por el director del Grupo de Neuroingeniería Biomédica y del Instituto de Bioingeniería de la UMH, Eduardo Fernández, representa un esfuerzo multidisciplinario que involucra a expertos en ingeniería biomédica, robótica, pediatría y neurorrehabilitación.

Los robots utilizados en el estudio desempeñan un papel crucial al permitir que los niños comprendan mejor diversos estados emocionales. Según Fernández, la interacción de los niños con estos robots se presenta como un juego, poniendo el enfoque del proyecto en las necesidades específicas de los niños, más que en los propios robots.

UPCT y UMH

José Manuel Ferrández, catedrático de la UPCT y coordinador de la programación de los sistemas robóticos, destaca que el proyecto incorpora aspectos clave de ingeniería biomédica, como sensores avanzados de señales fisiológicas, técnicas de Inteligencia Artificial (IA) y nuevos robots con apariencia humana, capaces de enseñar a los niños el significado de diferentes expresiones y emociones.

Francisco Sánchez Ferrer, investigador de la UMH y colaborador en el proyecto, detalla que el enfoque terapéutico se basa en la integración de respuestas fisiológicas, perceptivas y conductuales de los niños. Utilizando tecnologías como cámaras para la detección de gestos y emociones faciales, técnicas de IA para el reconocimiento de emociones, y medidas en tiempo real de propiedades eléctricas de la piel y actividad cardíaca, los investigadores buscan mejorar la motivación y las respuestas emocionales de los niños con TEA.

El proyecto, que cuenta con la colaboración de la UNED y Fisabio, está centrado en aumentar la motivación y las respuestas emocionales de niños con TEA con la ayuda de robots sociales, con el objetivo final de mejorar su socialización y habilidades de comunicación. Esta iniciativa representa un paso significativo hacia enfoques terapéuticos innovadores y personalizados para abordar las necesidades específicas de los niños con TEA.