Con este contrato, la compañía, a través de su filial de servicios británica Waste Recycling Group (WRG), refuerza su internacionalización y su presencia en el mercado de servicios de Reino Unido.

El proyecto consiste en la gestión y tratamiento de residuos provenientes de obras de carreteras y barrancos, con el fin de evitar que se desvíen a vertederos. La empresa estima que tratará unas 5.000 toneladas de este tipo de residuos al año.

Este contrato se suma a los dos logrados hace unas semanas por la filial británica de FCC, también de gestión de residuos urbanos, por un importe global de 21,5 millones de libras (unos 25,61 millones de euros).

En concreto, la compañía se adjudicó la gestión durante seis años, prorrogables a otros dos, del centro de gestión de residuos domésticos en el condado de Borough, por 10,5 millones de libras (12,5 millones de euros), y la explotación de un centro de reciclaje en el condado de Warwickshire durante quince años, con posibilidad de extensión durante cinco años más, por 11 millones de libras (unos 13 millones de euros).