Carlos Balado, profesor de OBS Business School y director de Eurocofín, considerta que «la entrada en recesión de Reino Unido pone de manifiesto que llevaban razón los que vaticinaban que el Brexit sería un error». Su coste, estimado en un 5% del PIB, sumado al efecto del Covid, la invasión rusa de Ucrania y un ajuste monetario muy severo, con los tipos de interés al nivel más alto en 15 años a fin de controlar la inflación interanual, más alta que la de la zona euro, ha afectado gravemente a la economía del Reino Unido hasta situarla en recesión.
La estabilización de los precios de la energía, principales responsables del alza durante 2022 tras el ataque militar ruso contra Ucrania, no ha logrado reducir las cifras de inflación porque los precios de los servicios se han mantenido al alza y los de los alimentos también han alcanzado niveles muy altos. Y los trabajadores, que llevan 15 años sin registrar una mejora en sus ingresos reales, ahora pierden más poder adquisitivo todavía.
Las prioridades de Reino Unido son atajar la inflación y abordar retos estructurales como el bajo crecimiento de la productividad, la elevada desigualdad de oportunidades y lograr la neutralidad de las emisiones de carbono. Y todo esto en un año electoral. Sin duda ello aumenta la presión sobre el Gobierno de Rishi Sunak.
Los datos de Reino Unido no son comparables por completo a los de la Eurozona, que está teniendo un aterrizaje suave como se ve en el PIB del último trimestre de 2023. Con un aumento del 0,1% frente al 3,1% de Estados Unidos, se ha conseguido de momento esquivar la recesión, pero sí se está produciendo un estancamiento.
«La gran dispersión de las economías de la eurozona dificultará la política monetaria única del BCE. Alemania se ha parado y su importante sector industrial, que supone el 24% del PIB, atraviesa una fuerte contracción a causa de los mayores costes energéticos y la dependencia de las importaciones de gas desde Rusia. Frente a ello las economías periféricas, con España a la cabeza, han liderado el crecimiento de la región gracias a los servicios y el turismo. No obstante, este año los mayores costes de financiación y el deterioro de las perspectivas empresariales van a presionar al conjunto de la zona euro, que apenas va a crecer durante 2024», advierte Carlos Balado.
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