Según los datos más recientes publicados en la Estadística del Cemento, el consumo de cemento en España ha experimentado una notable disminución del 3,6% en enero, colocándose en 1.029.258 toneladas. Esta cifra representa una reducción de 38.000 toneladas en comparación con el mismo período del año anterior, lo que pone de manifiesto un inicio de año desafiante para el sector.

El panorama se vuelve aún más sombrío al considerar el acumulado del año, donde después de ocho meses consecutivos de retrocesos, la caída se sitúa en un 3,3%, con un total de 14.434.313 toneladas de cemento consumidas en España durante los últimos doce meses. Estas cifras reflejan una tendencia preocupante que está generando inquietud en la industria.

Por otro lado, las exportaciones también han sufrido un golpe significativo, registrando una disminución del 20,5% en enero. Este declive, que se ha extendido a lo largo de siete meses consecutivos, se traduce en 346.436 toneladas exportadas, lo que representa una pérdida de 89.076 toneladas en comparación con el mismo período del año 2023.

Ante este panorama desafiante, el director general de Oficemen, Aniceto Zaragoza, ha destacado la importancia de establecer alianzas estratégicas con diversos actores del sector para afrontar los retos que se presentan en el futuro cercano. Zaragoza señaló que «el futuro de nuestra industria se enfrenta a múltiples retos por lo que es de vital importancia establecer sinergias con todos los actores implicados», y mencionó la colaboración con entidades del sector energético como Enagás como un paso inicial hacia la transición ecológica del sector cementero.

Zaragoza enfatizó la necesidad de apostar por tecnologías de captura que la Comisión Europea considera indispensables para alcanzar la neutralidad climática, especialmente en el sector cementero español, que se encuentra rezagado con respecto a otros países comunitarios en este aspecto. En este sentido, instó a la creación de un marco jurídico estable y al apoyo decidido de todas las administraciones públicas para el desarrollo de estas tecnologías, ya que la competitividad futura del país depende en gran medida de ello.

En resumen, el sector del cemento en España se enfrenta a desafíos significativos que requieren medidas urgentes y coordinadas para garantizar su sostenibilidad y competitividad en el contexto europeo e internacional.