Mis 19 céntimos

02/01/2012

Aguinaga y Romero.

Han hecho cuentas y dicen que alimentar al Rey y a todos los que en La Zarzuela se alojan con sus jamones, sus vestidos, sus coches, sus cacerías, sus barcos, sus caballos, sus osos borrachos, sus viajes privados, sus amores y desamores y toda la pompa y el boato que a esto acompaña sale a 19 céntimos de euro por español y año.

Y me parece barato para lo que nos divertimos por tan escasa cantidad. Es irrisorio pagar 19 céntimos y entretenernos con noviazgos, bodas, bautizos, divorcios, chismes, cuernos, carrozas, banquetes, hostiazos con puertas y vidrieras, niños y más niños y demás parientes.

Y si a eso le añadimos las habladurías sobre andanzas nocturnas, créditos árabes, aristócratas europeas, vidas rehechas, hermanas griegas y demás patulea, los 19 céntimos me parecen hasta miserable óbolo por tan amplia variedad de espectáculo.

Creo que si a Ronaldo se le abona lo que cobra por ser guapo  y rico, a la Casa Real hay que duplicarle –mejor triplicarle y puestos a ser justos hasta cuadruplicarle- la paga con la condición de que la variada panoplia de eventos que producen no decaiga. El pueblo tiene derecho a divertirse y qué mejor que disponer de parte de sus impuestos para el ocio y el relax.

Es relajante escuchar cosas que sosiegan. Se imaginan al Rey nuestro Señor diciendo algo así como “La justicia no puede ser igual para todos”. Eso si que sería una noticia. Pero aquí es de destacar que diga lo que parece lógico.

Hace tiempo que las tonterías y las obviedades han tomado carta de naturaleza. Sin ir más lejos se pondera como virtud humana que alguien sea “muy amigo de sus amigos”. Coño, ¿de quien hay que ser amigo? ¿De los raíles del Metro?.

Ahora se aplaude fervientemente presumir la inocencia después de aseverar que el sujeto que aún se supone inocente es un chorizo de tomo y lomo.

Bueno, a menos de que se demuestre que el personal ha entrado con la lanza térmica en la caja acorazada de esta o la otra Generalitat, han sido los que estaban al cargo del negociado los que han aflojado la gallina en múltiples hechos de los que el personal hace lenguas. Pero de estos ni se habla. El otro día acachaban a un asesisno haber cobrado indebidamente la pensión de viudedad. Yo creo que eran los funcionarios de Trabajo los que se la habían pagado indebidamente.

Bien, si un padre observa a su hijo robando un libro en una tienda del ramo y decide actuar como mandan los cánones lo suyo es que le diga al chaval que discretamente devuelva el ejemplar a la estantería. Tampoco vamos a pedir que lo lleve de la oreja al cuartelillo.

Pero si el padre saca a la carrera al niño con el libro y los esconde en la cocina del bar de un amigo para intentar que el securata de la librería pierda la pista del ladronzuelo, yo a ese padre no le aplaudiría. Bueno o sí. Reconozco que en mi librería hay más de una y más de dos obras que salieron de la tienda sin pasar por caja.

Uy, he perdido el oremus. Si yo estaba proponiendo un aumento de la asignación a la Casa Real y estoy hablando de robar libros. Tengo que hacer que me miren estos desvaríos. Bueno Feliz 2012, que es el año en que nos van a “guindar” lo poco que nos queda.

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3 pensamientos en “Mis 19 céntimos

  1. Ostias!, pues hecho el cálculo realmente si que resultan barato el ratio coste/productividad. Yo lo que propongo es que pongamos lo que falta hasta completar 1 euro y así que se repartan por sorteo entre los habitantes del país para que vengan a visitarnos a casa Juancar, Sofi y Leti con las neneas en el cochazo con chófer y que los vecinos se mueran de envidia cuando los vean entrar y cuando hagamos el besamanos. Y además que se traigan la comida y la bebiada que Patrimonio les paga, y que nos las sirvan los mayordomos de turno.

  2. Oiga, que el niño no se llevó un libro ni lo escondieron en la cocina del bar. Que ha dado braguetazo, mangazo y tiene enchufazo. Y haciéndose el sordo como cuando se escapó de la mili.

  3. Con estas cosas a uno le dan ganas de irse a un país nórdico. Los monarcas y contornos no parecen tan divertidos, aunque sus juergas se corren, pero al menos las cajas y las cuentas están limpias y claras. En cualquier caso, y a ojo de buen cubero, si tenemos en cuenta que parte del personal de seguridad se lo proporciona Interior, si parte de los gastos de representación los cubre Exteriores, y a ciencia cierta no sabemos bien en qué se emplea el resto de los fondos…no sé yo si conocer las cuentas de la Casa me consuela o me preocupa. Pero oye, a nadie le amarga un dulce. Lo decían los romanos: Pan y circo… y así les fue. Pero la cultura clásica tiene grnades perlas y afanes. Y si nombramos a los romanos, también hemos de referenciar a los griegos. Y en esta ocasión no me refiero a la que reina como una profesional, sino a la que vive en dependencias del Patrimonio sin pagar alquiler. En definitivo… mucho ruido y poca transparencia.

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