El IPC se modera seis décimas en febrero

29/02/2024

Miguel Ángel Valero. Esta evolución se debe, principalmente, a la bajada de los precios de la electricidad, y a la estabilidad de los de los alimentos y bebidas no alcohólicas.

La inflación anual estimada del IPC en febrero de 2024 es del 2,8%, de acuerdo con el indicador adelantado elaborado por el INE. Este indicador proporciona un avance del IPC que, en caso de confirmarse, supondría una disminución de seis décimas en su tasa anual, ya que en el mes de enero esta variación fue del 3,4%.

Esta evolución es debida, principalmente, a la bajada de los precios de la electricidad, frente a la subida de febrero de 2023, y a la estabilidad de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas, que aumentaron el mismo mes del año anterior.

En sentido contrario destacan los carburantes, cuyos precios aumentan, mientras que bajaron en febrero de 2023.

La tasa de variación anual estimada de la inflación subyacente (índice general sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) disminuye dos décimas, hasta el 3,4%.

Los precios de consumo registran en febrero una tasa del 0,3% respecto al mes de enero, según el indicador adelantado del IPC.

En el mes de febrero la tasa de variación anual estimada del IPCA se sitúa en el 2,9%, seis décimas por debajo que la registrada el mes anterior.

Por su parte, la variación mensual estimada del IPCA es del 0,4%.

Mutualidad: la mejora de la inflación subyacente no es suficiente

Pedro del Pozo, director de inversiones financieras en Mutualidad, hace su interpretación: «En términos generales, estos datos nos indican que la inflación continúa su tendencia a la baja, aunque esta disminución no es tan pronunciada como se anticipaba», indica, por lo tanto, «dados los niveles de inflación observados, es poco probable que los bancos centrales opten por reducir los tipos de interés antes del verano, a menos que se registren cambios significativos en el panorama inflacionario en Europa».

«Los últimos datos relativos al Índice de Precios al Consumo (IPC) en España han presentado una dinámica mixta, con una cifra final del 2,8%. Si bien esta cifra es favorable en comparación con el dato previo del 3,4%, se alinea con las expectativas del mercado, las cuales anticipaban un 2,8%. Aunque se observa una mejora en la inflación subyacente, ésta no alcanza el nivel proyectado inicialmente», argumenta.

Ibercaja avisa que el IPC puede acelerarse en los próximos tres meses

Santiago Martínez Morando, Jefe de Análisis Económico y Financiero de Ibercaja., destaca que, según los datos preliminares calculados por el INE, el IPC se desaceleró seis décimas en España en el mes de febrero, hasta el 2,8% interanual, después de haberse acelerado tres en enero. Se trata del menor aumento interanual desde agosto, si bien, sigue por encima del objetivo del BCE y del mínimo del año pasado, que fue el 1,9% de junio. La tasa subyacente se desaceleró dos décimas, hasta el 3,4%, que es el menor incremento desde hace casi dos años, en concreto desde marzo de 2022. El efecto base sigue ejerciendo un papel importante y, sin él, se hubiera producido una aceleración tanto del IPC como de la tasa subyacente en febrero, ya que ambas referencias presentaron un crecimiento mensual superior a los promedios históricos.

«El efecto base jugará ligeramente en contra en los próximos tres meses, de forma que, si no remite la inflación en los sectores donde se está mostrando más resistente (los alimentos y parte del sector servicios incluyendo la restauración), el IPC podría volver a acelerarse», avisa.

eToro: la batalla no está ganada

Javier Molina, analista senior de mercados para eToro, señala que esta tendencia a la baja de la inflación se debe principalmente a la caída de los precios de la electricidad y a la estabilidad de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas, en contraposición al aumento de los precios de los combustibles. Este escenario refleja la compleja dinámica dentro de los componentes de la inflación, donde variables como la energía y los alimentos juegan un papel importante en las fluctuaciones mensuales.

A pesar de esta disminución de la inflación, la persistencia de una inflación básica relativamente alta (3,4%) tiene el potencial de impedir una disminución más pronunciada o sostenida de la inflación en los próximos meses, lo que sugiere que existe una importante presión inflacionaria. La inflación subyacente no tiene en cuenta los precios de los alimentos no elaborados ni de los productos energéticos, que se consideran más volátiles. Esto  sugiere que existen factores estructurales que mantienen cierta presión sobre los precios.

En este contexto, aunque las tendencias actuales apuntan a una disminución de la inflación general, una inflación subyacente más “pegajosa” puede hacer que sea más difícil de lo esperado reducir el IPC en los próximos meses. Los factores que pueden contribuir a esta situación incluyen posibles aumentos en los costos de producción, las expectativas de inflación a largo plazo y la dinámica global de la oferta y la demanda, particularmente de materias primas y bienes de consumo esenciales.

Además, las variaciones mensuales del IPC y del IPCA de 0,3% y 0,4%, respectivamente, apoyan la idea de que existen fluctuaciones de precios de corto plazo que requieren un seguimiento continuo. El desarrollo de estos índices es de gran importancia para comprender mejor las tendencias de la inflación y adaptar políticas económicas y monetarias apropiadas.

UGT: el beneficio de las empresas es un 50% superior a la prepandemia

Los datos del IPC adelantado del mes de febrero, publicados hoy por el INE, sitúan la inflación anual en un 2,8%, seis décimas menos que en enero. Para UGT, es un dato muy positivo que afianza el proceso de desescalada de precios iniciado a finales del año pasado.

Por su parte, la tasa subyacente, que recoge la inflación de componente más estructural, se reduce dos décimas respecto al mes anterior, alcanzando una variación anual del 3,4%, su nivel más bajo desde marzo de 2022.  Con ello, se acumularían siete meses consecutivos de bajada interanual.

No obstante, UGT considera «imprescindible que la mejora de la inflación se consolide para revertir las graves consecuencias de la crisis inflacionista que nuestro país ha atravesado, cuyo impacto sigue presente». En este sentido, la última Encuesta de Condiciones de Vida ofrece algunos datos alarmantes: en 2023, cerca de 4,3 millones de personas se encontraban en situación de carencia material y social severa, y hasta 3 millones no podían permitirse una alimentación adecuada, lo cual guarda relación con el intenso encarecimiento del precio de los alimentos, de un 25% en los dos últimos años.

En este contexto, UGT denuncia que las empresas siguieron ampliando sus beneficios, que en 2023 superaron en un 48% el nivel prepandemia. Esto se explica, en gran parte, por la desproporcionada elevación de los márgenes empresariales, que sobrepasan en un 16% el dato de 2019, generando una enorme presión sobre el precio de algunos productos. Poner tope a los mismos, especialmente en algunos sectores, sigue siendo un eje fundamental para garantizar unos precios más justos y asequibles para la clase trabajadora.

Además, el sindicato manifiesta «la necesidad de seguir impulsando el empleo y el crecimiento de los salarios, combatiendo con ello la desigualdad y la pobreza en nuestro país». El nuevo AENC (2022-2025), que ha generado estabilidad y un mantenimiento del poder adquisitivo en los convenios firmados desde su vigencia, recoge un alza salarial del 3% para este año, incorporando cláusulas de revisión con incrementos de hasta un 1% en caso de que el IPC interanual al cierre del mismo fuese superior.

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