La actividad del consumo nocturno no sólo se concentra en la restauración, pero también es cierto que este subsector del ocio nocturno se ha ido adaptando a la demanda de los consumidores, que prefieren cenar más tarde y prolongar su estancia en los establecimientos.

Otro de los argumentos de los que están a favor de que el horario se mantenga como está es que estos establecimientos tuvieron un fuerte impacto negativo durante la pandemia, y que en estos momentos se encuentran en plena recuperación, apoyándose en que se han convertido dentro de la actividad turística en uno de los pilares económicos, y también significan la identidad y sociabilidad del país, un escaparate que sirve de imán para el crecimiento futuro, según explica la vicepresidenta europea de Circana Foodservice, Edurne Uranga.

LOS HOSTELEROS TAMBIÉN PREFIEREN ESTE HORARIO

Pero los propietarios de los restaurantes no son los únicos que quieren evitar que se adelante el horario de cierre de sus establecimientos. También los hosteleros también quieren que no se cambie nada. El presidente de la patronal hostelera, José Luis Yzuel, insiste en que la hostelería en España es «envidiada en todo el mundo», y redunda en los mismos argumentos: un horario más prolongado supone mayores plantillas, mayores salarios, más consumo y más negocio.

Ante la avalancha de las críticas de la propuesta de Díaz, la vicepresidenta segunda vuelve a explicar que se trata de defender que los trabajadores del sector puedan tener una vida «digna». Este mismo miércoles explicó en RNE que a partir de las 10 de la noche, se considera horario nocturno y por ese horario (más elevado) se debe retribuir a los trabajadores.

«No se puede pensar solo en los que están al otro lado de la barra», ha reclamado la ministra de Trabajo, cuando se defiende la libertad y la alegría (en alusión a las críticas de Ayuso en su cuenta de X. «Lo único que digo es que quien trabaje lo haga con condiciones dignas, con salud mental, con salubridad y con respeto a sus derechos laborales».

En el fondo de la polémica está el objetivo de la ministra de Trabajo de reducir la jornada laboral en España hasta las 35 horas semanales para que «los ciudadanos tengan más tiempo para la vida». Si se sale más allá de la una de madrugada de trabajar, entiende Díaz, es imposible compatibilizar la vida laboral y la familiar.