El oro sigue siendo un valor al alza. Su nuevo récord no baja las expectativas sobre el metal dorado pese a la competencia en el mercado de valores como el bitcoin, también en máximos, y los mercados bursátiles también en escalda. Los inversores han empezado el año apostando fuerte y llevando al oro al nivel de los 2.100 dólares la onza, sin descartar que siga aumentando su precio.

La incertidumbre de 2023 por la inflación, la subida de los tipos de interés y las guerras en Ucrania y Gaza dejaron a los inversores demasiado dubitativos como para mover su dinero. Con esta situación la mayoría volvió al valor recurrente del oro para asegurar su inviersión, el refugio de muchos que lo que ha provocado es un aumento de la subida de su precio.

En 2023 el oro vio revalorizar su valor gracias a la fuerte demanda de los bancos centrales, al haberse convertido en uno de los valores básicos de las reservas de todos los países. Una de las razones por las que los bancos centrales buscan el oro para sus reservas tiene su origen en la crisis de 2008. Y desde entonces su valor e importancia no ha dejado de crecer. Hasta muchos países lo buscan como respaldo a sus divisas.

Ni la Reserva Federal estadounidense ni el Banco Central Europeo venden el oro que han comprado, y los países emergentes lo buscan en el mercado. Los datos son tozudos para que nadie diga algo en contra. Solo en el tercer trimestre de 2023 los bancos centrales compraron en total 337.000 toneladas de oro y las compras anuales se elevan a 800.000 toneladas, un 14% más que en 2022.

El oro se ha ganado con solvencia su valor en los mercados. No importa que los tipos de interés sean elevados o lleguen a valores negativos, aunque todo depende de la rentabilidad que tengan los bonos de cada país, siendo de referencia el estadounidense. Los expertos consideran que su poder se encuentra en el largo plazo, y ahora que los bancos centrales han empezado o están a punto de bajar los tipos de interés, el oro mejora su precio. Basta con comprobar que a finales de 2022 la onza tenía un valor de 1.700 dólares y en estos momentos se encuentra en los 2.100 dóalres, esto es, 400 dólares más que hace menos de un año y medio.

Según explica a La Información el responsble de ‘commodities’ en Vontobel, Kerstin Hottner, “la perspectiva de tipos de interés elevados durante un periodo de tiempo más largo hace que el oro parezca poco atractivo en competencia con otras clases de activos, por lo que está siendo rechazado por los inversores”. Sin embargo, el precio está yendo por otro lado. Los bancos centrales siguen realizando importantes compras de oro debido a los riesgos geopolíticos y a la creciente necesidad de diversificar las carteras.

De esta forma, los bancos centrales de China, India y Turquía han dejado de preferir los dólares estadounidenses para sus reservas y los están cambiando por oro. Esta tendencia hace unos años que ha empezado y no va a parar porque en su estrategia de diversificación de las reservas aún les queda margen para seguir comprando oro.

Más aún si se tiene en cuenta, como recuerda Hottner, que los riesgos de que el precio del oro baje son «limitados», y este analista no descarta que el oro todavía tenga posibilidades de dar «un salto al alza mucho mayor». Todo dependerá de la intensidad con que bajen los tipos de interés tanto la Fed como el BCE.

Pero los dos mayores bancos centrales no son los únicos. También la llamada desdolarización que se está llevando a cabo en Asia, y otras potencias económicas como India seguirá empujando. En estos momentos, solo el 2% de las reservas de China están en oro o en Sudamérica son del 5%, mientras que en Estados Unidos suponen el 34% del total de las reservas. Los expertos no descartan que con el tiempo el dólar pierda su valor como moneda de referencia internacional y el oro comience a tener un peso mayor.