El Banco de España prevé un crecimiento del PIB del 1,9% y una inflación del 2,7% para 2023

12/03/2024

José V. Monge. El consumo privado y la inversión serán los principales motores de la actividad económica española.

El Banco de España ha mejorado sus previsiones sobre el crecimiento de la economía española y hasta prevé una menor inflación, aunque todavía no alcanzará este año el objetivo del 2%. Sin embargo, este optimismo no se extiende al déficit público que según prevé acabará en el 3,5% y, en definitiva, considera que España deberá realizar más ajustes si quiere cumplir con las nuevas reglas fiscales que recuperará la Comisión Europea.

El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, ha explicado en la presentación del informe trimestral que en los próximos años el consumo privado y la inversión serán los principales motores de la actividad económica española. Y gracias a estos motores, el PIB crecerá un 1,9% en 2024, repetirá ese 1,9% en 2025 y se situará en el 1,7% en 2026. De esta forma, la autoridad bancaria española mejora sus previsiones anteriores que habían situado el PIB en el 1,6% para este año.

Otro cambio a mejor de las previsiones ha sido el de la inflación, ya que estema que acabará el año en el 2,7%, seis décimas menos que en su anterior previsión, mientras que en 2025 bajará al 1,9% y en 2026 al 1,7%. Esta mejoría también incluye a la inflación subyacente que en tres años bajará al 2,2% este año, al 1,9% en el próximo ejercicio y al 1,8% en 2026.

En este descenso de los precios, sobre todo de la alimentación, influirán los menos costes de la energía y de los fertilizantes. También la extensión del IVA hasta junio de este año que, si bien, contendrá los precios en la mitad del año, al eliminarse, elevará los precios pero no con la fuerza que se registró en 2023.

EL PEOR DATO SERÁ EL DEL DÉFICIT PÚBLICO

La revisión de las variables macroeconómicas del Banco de España muestra su peor augurio en el déficit público, que prevé que subirá un 3,5% este año, una décima más que en la anterior previsión y cinco décimas más que lo que espera el Gobierno. Pero el problema también se extenderá a 2025 y 2026, que también repetirán ese 3,5% de déficit público, lo que alejará a España de cumplir los objetivos marcados por la Comisión Europea.

El descalabro también vendrá por parte de la deuda pública, que en vez de reducirse continuará subiendo en estos tres años. El Banco de España prevé que en 2024 alcance el 106,5%; en 107,2% en 2025 y el 108,4% en 2026.

EL EMPLEO SEGUIRÁ MEJORANDO

Otra previsión positiva será la de la evolución del empleo, aunque a un ritmo de crecimiento más moderado, mientras la entidad supervisora espera que se recupere la productividad, uno de los talones de Aquiles del mercado laboral. Con ello, las previsiones apuntan a un 1,8% de crecimiento del empleo en 2024, cinco décimas más que la anterior previsión. Y en 2025 crecerá un 1,1% y en 2026 un 0,9%

Junta al crecimiento del empleo, la tasa de paro seguirá reduciéndose, también a un ritmo más lento que desde que se aprobó la reforma laboral hace dos años. El Banco de España prevé una tasa de paro del 11,6% al cierre de 2024; del 11,5% en 2025 y del 11,3% en 2026.

LAS NUEVAS REGLAS FISCALES DE BRUSELAS, LA PRUEBA DE FUEGO

A las ya conocidas incertidumbres de la economía por las tensiones geopolíticas y sus efectos derivados sobre los precios y dudas sobre el futuro de la economía, el Banco de España considera que la prueba de fuego para la marcha de la economía española será la reactivación de las reglas fiscales de Bruselas.

España está lejos de cumplir los objetivos fiscales, y según el Banco de España el Gobierno deberá diseñar nuevos ajustes a medio plazo para corregir el déficit público estructural, lo que sin duda supondrá reducir el crecimiento económico.

Por último, el Banco de España muestra sus dudas también sobre la evolución de la inflación después de que se retire el IVA y las medidas anticrisis, y tampoco ve claro el efecto de los fondos NextGeneration.

Todo dependerá de la evolución de los salarios y del incremento de los beneficios empresariales, que si suben más de lo esperado volverán a presionar sobre la inflación. Por eso, se muestra partidario de que los salarios sigan la senda iniciada este año, pero que no superen lo pactado en el Acuerdo Nacional de Convenios.

Y el otro problema es el grado de ejecución de los fondos NextGeneration de la Unión Europea, que está provocando una debilidad de la inversión en España y, por consiguiente, de la actividad.

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