Mordidas y corrupción

13/03/2024

Luis Díez.

El pleno del Congreso del miércoles, 13 de marzo, Cristina de Persia en el santoral, fue dedicado por el principal partido de la oposición a pedir cuentas al Gobierno por la corrupción. En concreto por el “caso Koldo” de comisiones por la compra de mascarillas durante la pandemia del coronavirus (2020-2022). El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, acusó por segunda vez en el pleno al jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, de “conocer y tapar la trama” y llegó a implicarle personalmente: “Es su trama”, dijo antes de prorrumpir: “Su futuro está amenazado por la corrupción política de haber comprado la Presidencia a cambio de impunidad (en referencia a la amnistía de todos los encausados en el proceso independentista catalán) y la corrupción económica, porque el Gobierno del PSOE pagó por las mascarillas que la trama convirtió en mordidas”.

Feijóo prosiguió el ataque contra Sánchez y los socialistas: “Estamos ante un supuesto muy grave de corrupción que afecta a su Gobierno –dijo–, a su partido y probablemente a usted”. Le exigió que dé la cara, aclare hasta donde llega “esta trama de corrupción” y mezcló el “caso Delcy”, la vicepresidenta venezolana que aterrizó en Barajas después de que la UE prohibiera recibir al Gobierno de Nicolás Maduro, utilizó (en tránsito) el pabellón oficial y fue cumplimentada por el entonces titular de Transportes y secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, expulsado del grupo parlamentario y del partido tras el caso Koldo. Añadió que “uno de los líderes de la trama que acompañó al Gobierno al aeropuerto de Barajas” es el mismo que intervino en la negociación con el Ejecutivo del “rescate millonario de una empresa”. Se refería a la compañía aeronáutica Air Europa.

El presidente del Gobierno encajó con aparente tranquilidad los ataques del jefe de la oposición de derechas, consciente de que las responsabilidades políticas por las comisiones del caso Koldo en la compra de mascarillas han sido satisfechas con la expulsión de Ábalos antes incluso de estar imputado (si llega a estarlo) y de que exista condena alguna por las mordidas. Sánchez reiteró que su Gobierno “combate la corrupción, colabora con la Justicia, asume responsabilidades políticas sin doble vara de medir y sin leyes del embudo, y rinde cuentas ante las Cortes Generales creando una comisión de investigación”. El PP la rechaza en el Congreso si no dimite su presidenta Francina Armengol y ha propuesto en el Senado una comisión específica para el caso Koldo, que el PSOE ha votado a favor.

Pero claro está, el presidente Sánchez no podía obviar las informaciones de los dos últimos días sobre las comisiones millonarias del novio de la presidenta regional de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en la compra de mascarillas. El compañero sentimental de Ayuso y consultor sanitario Alberto González practicó unas mordidas cifradas en dos millones de euros por la compra de mascarillas para la Comunidad de Madrid. Eran los primeros meses de la pandemia y este González no iba a ser menos que Luceño y Medina, que operaban de conseguidores de mascarillas para el ayuntamiento de Madrid, también gobernando por el PP, con un beneficio de casi 6 millones de euros. Cierto es que el compañero de Ayuso, que se compró un piso de más de un millón de euros en el distrito de Chamberí de Madrid, disfrazó los beneficios con facturas falsas para escamotear impuestos a Hacienda por 350.000 euros, lo que determinó la apertura de una investigación por parte de la Agencia Tributaria y la consiguiente acusación de la Fiscalía.

Así que Sánchez se encaró con Feijóo: “Le exijo que pida la dimisión de la señora Ayuso como presidenta de la Comunidad de Madrid, que tenga coraje, que sea valiente, que exija la dimisión de la señora Ayuso aunque eso le cueste el puesto como al señor Casado”. Sánchez, que recordó la petición del PP de que cesaran a la directora de la Guardia Civil María Gámez por un caso que afectaba a su pareja y que posteriormente fue archivado, no se quedó tan solo en la exigencia de responsabilidades políticas al líder del PP, sino que, para referirse a la ductilidad y tolerancia de Feijóo con la corrupción recordó los cinco años de amistad, siendo alto cargo de la Xunta de Galicia, con el narcotraficante Marcial Dorado, a quien acompañó en muchos viajes de placer, incluso a Andorra, donde el narco blanqueó 21 millones de francos franceses entonces. “Y fíjese, usted con la corrupción –le dijo– ha llegado a lo más alto; en mi partido –remató Sánchez– no sería ni concejal de pueblo”.

Se quedó Feijóo protestando porque, según dijo, el Gobierno ha puesto el ventilador. Y agotó el tiempo entre amenazas veladas a la esposa del presidente del Gobierno. ¿Otro dossier? ¿Con sello? ¿De qué Udef?

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