El Consejo de Política del Banco de Japón ha decidido en su reunión de este martes elevar la tasa de referencia a corto plazo hasta un rango del 0% al 0,1%. Se trata de la la primera subida de los tipos de interés desde 2007 y el final de la era de los tipos negativos, aplicados desde 2016.

El banco central japonés ha confirmado en un comunicado que la decisión fue adoptada por una mayoría de 7 votos a favor frente a 2 en contra, y supondrá que desde el supervisor bancario se «alentará que la tasa de interés a un día sin garantía se mantenga entre 0 y 0,1 por ciento», frente al anterior -0,1%.

Esta decisión supone que el Banco de Japón aplicará una tasa de interés del 0,1% a las cuentas corrientes a partir del 21 de marzo de 2024.

Otra de las decisiones adoptadas ha sido finalizar el control sobre el rendimiento de los bonos soberanos a 10 años, que empezó a aplicarse en 2016 con su política de alivio cuantitativo y cualitativo por haber «cumplido su función».

«El Consejo de Política del Banco de Japón evaluó el círculo virtuoso entre salarios y precios y consideró que estaba a la vista que el objetivo de estabilidad de precios del 2% se alcanzaría de manera sostenible y estable hacia el final del periodo de proyección del Informe de Perspectivas de enero de 2024», ha precisado el supervisor nipón.

El Banco de Japón seguirá con sus compras de bonos

Pese al cambio en su política de control de los bonos, el Banco de Japón confirma que esta decisión no afectará a las compras de bonos previstas para este año, ya que según asegura, será «aproximadamente por el mismo importe que antes». Y en el caso de que se produzca un rápido incremento de las tasas de interés a largo plazo, responderá con «medidas ágiles», no descartando aumentar la cantidad de compras de deuda.

El Banco de Japón, por tanto, mantiene su política de compra de bonos, pero dejará de comprar otros activos, como los fondos cotizados en bolsa (ETF) y fideicomisos de inversión inmobiliaria japoneses (J-REIT). También irá reduciendo de forma gradual el volumen de las compras bonos corporativos con el objetivo de finalizarlas en un año.

A pesar de la histórica subida de tipos acordada este martes, el Banco de Japón ha subrayado que dadas las actuales perspectivas de actividad económica y precios, prevé que por el momento se mantendrán condiciones financieras acomodaticias.

Previsiones macroeconómicas del Banco de Japón

Por lo que respecta a sus previsiones económicas, que le han llevado a adoptar la subida de los tipos, el Banco de Japón prevé que la economía nipona continúe recuperándose moderadamente, apoyada en la demanda, que se verá presionada a la baja por la desaceleración del resto de las economías mundiales. Pese a ello, el supervisor se muestra convencido de que la economía japonesa crecerá a un ritmo superior al de las previsiones.

En cuanto a la evolución de la inflación, el supervisor japonés considera que se superará la tasa del 2%, sin incluir los precios de los alimentos procesados, debido a las medidas adoptadas por el Gobierno para reducir la inflación en 2023.

De su lado, anticipa que la tasa de aumento interanual del IPC de referencia (sin alimentos frescos) supere el 2% hasta el año fiscal 2024, debido a efectos de base, incluyendo una disminución de los efectos de las medidas económicas del Gobierno que redujeron la inflación del año anterior.

Una vez desaparecidas esas medidas, el Banco de Japón prevé una desaceleración del IPC, aunque la inflación subyacente aumentará gradualmente hacia el objetivo de estabilidad de precios en cuanto la brecha de producción regrese a tasas positivas. También habrá un aumento de la inflación a medio y largo plazo, presionada por la subida de los salarios.

En este sentido, la semana pasada el principal sindicato del país (Rengo, con más de siete millones de afiliados) anunció un acuerdo de subida salarial del 5,28%. Se trata de la primera vez desde 1991 que los salarios registran un incremento por encima del 5%.