El Instituto Nacional de Industria (INE) acaba de confirmar el dato que ya había dado adelantado de la inflación en marzo. Tras el respiro que había supuesto febrero, en que los precios bajaron hasta registrar una tasa del 2,8%, un mes después ha vuelto a subir hasta el 3,2%.

Los responsables han sido varios componentes, que en su conjunto vuelven a tensionar el Índice de Precios del Consumo (IPC): la electricidad en marzo ha sido uno de los principales causantes, aunque por los registros que llevamos en abril ya sabemos que este componente volverá a relajar la inflación en España. Además, en marzo se dejó de aplicar la rebaja del IVA porque el precio de la luz había bajado en los mercados por debajo de los 45 euros el MWh.

El otro componente ha sido más bien coyuntural, dado que la celebración de la Semana Santa en este ejercicio tuvo lugar en la última semana de marzo y se registró un incremento de los paquetes turísticos, que también ha sido determinante para una parte de la subida de la inflación. En concreto, lo que más subió de precio en marzo respecto al mes anterior fueron los paquetes turísticos nacionales (+9,5%), los paquetes turísticos internacionales (+9,3%) y los hoteles (+7,3%). Por contra, lo que más se abarató en términos mensuales fue el transporte de pasajeros por metro (-14,2%).

Y en tercer lugar, los carburantes, cuya escalada de precios comenzó en marzo y no ha dejado de subir hasta marcar sus valores más altos del año en lo que llevamos de abril. Este componente, sin duda, seguirá presionando los precios al alza en todas las economías, incluida la española, y se verá reflejado en el IPC de abril.

El resto de los componentes con los que se mide la inflación continuaron su senda de moderación, aunque todavía continúan a niveles elevados si se compara con otros ejercicios en los que la inflación estaba controlada. Así, el precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas situaron su incremento anual en el 4,3%, un dato que puede considerarse positivo si se tiene en cuenta que es un punto menos que en febrero y, sobre todo, es el porcentaje más bajo desde noviembre de 2021.

Por concretar dónde se produjo la bajada de los precios, se encuentra que fueron las legumbres y hortalizas, además del apartado de ‘otros productos alimenticios’ los que bajaron sus precios. En el caso del precio de la carne, se produjo una subida, pero inferior a la del mismo mes del año pasado.

De esta forma, la inflación de marzo vuelve a llevar al IPC español por encima del 3%, rompiendo la tendencia que había dejado abierta febrero, en que después de muchos meses había conseguido reducirse por debajo de ese preocupante 3% y nos ponía en la senda de acercarnos al ansiado 2% que marca el BCE y las reglas fiscales europeas. También nos aleja de la media europea del 2,4% de tasa en marzo. Además, el dato que se envía a Bruselas (el denominado IPC Armonizado, cuya medición utiliza en todos los países los mismos componentes) se colocó en el 3,3%, una décima más que el dato que se utiliza en España.

La evolución más positiva se concentró en la inflación subyacente, que no incluye ni alimentos no elaborados ni productos energéticos, que recortó dos décimas su tasa, hasta el 3,3%, siendo su nivel más bajo desde febrero de 2022 y quedando tan solo una décima por encima de la tasa del IPC general.

Desde el Ministerio de Economía, una vez confirmado el dato de inflación por el INE, se considera que la tasa del 3,2% es un «ligero» incremento y achaca parte de la subida de la inflación a la normalización del IVA de la electricidad, después de tres años de aplicarse una reducción del mismo. Junto a ello, destaca el buen comportamiento de los precios de los alimentos, cuya tasa se ha reducido 12 puntos en los últimos doce meses.

En el comunicado de Economía se explica que «los datos de inflación siguen reflejando la capacidad de la economía española de compatibilizar el mayor crecimiento económico entre los principales países de la zona euro con una moderación de los precios y el mantenimiento de apoyo a los más vulnerables. Sigue mejorando el poder adquisitivo de las familias y la competitividad de las empresas españolas».