No es cierto que la televisión esté condenada a desaparecer. Lo que ocurre es que se empieza a consumir de otra manera. Además de ver en el televisor las diversas cadenas públicas y privadas -ahora mediante el sistema TDT, a través del Canal + o por satélite, incluso en alta resolución- ya es posible conectarlo a Internet, bien a través de un ordenador o directamente enganchado al router, incluso por sistema wi-fi. Por otra parte, ya  es posible visualizar las emisiones de televisión a través de canales múltiples como los smartphones o la tabletas, en consonancia con una mayor movilidad de los televidentes.

“La tradicional caja tonta para usuarios pasivos puede convertirse muy pronto en una televisión de gran tamaño inteligente (Smart TV) e interactiva, que se manejará desde un dispositivo móvil, y además interpretará las emociones a partir de los movimientos y gestos faciales del televidente”. Lo dice Dean Donaldson, director de Innovación y Medios de la empresa MediaMind, proveedor mundial de soluciones para la gestión de campañas de publicidad digital. Las palabras de este experto en marketing digital se escuchan en Barcelona, durante el foro internacional sobre marketing online Digital Experience Day.

Emociones y privacidad

Según Donaldson, la mayoría de expertos asume que pronto será una realidad este modelo de televisión smart o inteligente, probablemente flexible y muy fina, con conexión a Internet, que incluirá aplicaciones personalizadas e imágenes de alta definición en tres dimensiones sin necesidad de gafas especiales 3D. En su opinión, el desarrollo “más rompedor” de esta nuevo televisor tendrá que ver probablemente con la capacidad de interpretación de emociones, en tiempo real, a partir de expresiones faciales y gestos del telespectador, “lo que podría abrir un gran debate sobre los posibles efectos de este nuevo modelo televisivo en la privacidad”, advierte el experto.

La televisión no agoniza, muy al contrario; Donaldson opina que se incrementará el número de usuarios. Y, previsiblemente, la próxima TV mantendrá su tradicional ubicación en el principal lugar de la casa de reunión familiar y social, es decir, en el salón. Además, parece ser que los jóvenes pasan más tiempo ante la televisión que hace unos años, aunque es cierto que está variando el tipo de dispositivo utilizado para verla.

La nueva TV se manejará desde una o varias pantallas táctiles, e incluso con gestos y movimientos del usuario, o con su voz, y permitirá interactuar para jugar, participar en programas o comprar productos y servicios.

Así, se consumirán contenidos desde múltiples pantallas a la vez al mismo tiempo, como ya ocurre ahora, por ejemplo, entre los chavales cuando ven un partido de fútbol. El telespectador accederá a la información de “lo que quiera, cuándo quiera y cómo quiera”, apunta Donaldson. Por ejemplo, podrá averiguar dónde se ha comprado un vestido concreto una u otra actriz, o en qué otras películas actúa, al tiempo que podrá seguirla en las redes sociales desde la televisión. Este modelo de TV inteligente, que estará dominado por sistemas operativos de grandes empresas, como ahora ocurre con los móviles, seguirá incorporando contenidos muy populares, del tipo de Facebook o Youtube, que tendrán que estar continuamente actualizados.

Videoclubs en la Red

La plataforma publicitaria de vídeo en streaming Netflix anunció este otoño su intención de posponer su entrada en el mercado español, algo que tenía previsto hacer durante el primer trimestre de 2012. Frente a ella, al menos dos empresas españolas compiten por llevarse la mejor porción de la tarta: Wuaki.TV, que acaba de celebrar su primer aniversario con más de  100.000 usuarios registrados, y un negocio participado en un 70% por Yelmo Cines llamada Youzee, cuya experiencia de visionado está en versión beta, es decir, en pruebas, participada en un 70% por Yelmo Cines.

Ambas plataformas apuestan por el consumo multidispositivo. De esta forma, sus contenidos se podrán ver desde cualquier dispositivo conectado a la Red.