Telefónica cumple 100 años en plena búsqueda del camino para los próximos cien

19/04/2024

diarioabierto.es. Como asegura en su spot publicitario conmemorativo, cien años en los que ha jugado un papel importante en la historia de las telecomunicaciones y del país.

Telefónica está de cumpleaños. Este 19 de abril conmemora los 100 primeros años de su creación y como asegura en su spot publicitario conmemorativo, cien años en los que ha jugado un papel importante en la historia de las telecomunicaciones y del país, y sigue con su apuesta para estar también en el futuro.

Cien años de idas y venidas en los que se ha ido adaptando a las nuevas capacidades tecnológicas y a las necesidades de sus clientes; en los que formó parte del Estado y luego voló sola y ahora está a punto de que el Estado vuelva a su accionariado. Y es que el interés por formar parte del capital de la compañía no solo suscita en España con accionistas como BBVA, Caja De Ahorros Y Pensiones De Barcelona o Criteria, que superan el 5%. Ahora se ha añadido la SEPI que aspira a tener el 10% y está pendiente de las compras del fondo STC, que ya ha declarado el 4,9% y espera alcanzar el 9,9%.

Es sus cien años de historia, José María Álvarez-Pallete es su décimo presidente. El actual. Desde su creación el 19 de abril de 1924, bajo la dictadura de Miguel Primo de Rivera en la que también se crearon otras empresas como Campsa (hoy Cepsa), se ha revitalizado la historia de las telecomunicaciones en España. En 1924 una operación política en la que se mezclaron estrategia, tecnología y financiación dio lugar a la nueva empresa.

En la década de los años 20 del siglo pasado en España solo había unas pocas redes que no funcionaban bien, con monopolios locales privados, que compartían mercado con redes locales y regionales públicas. Antes de Telefónica, la telefonía interurbana era totalmente privada, con CPT (compañía Peninsular de Teléfonos) destacando entre todas. En esos momentos la puesta en marcha del servicio telefónico en España estaba muy retrasado. Y hay datos que lo corroboran: en 1910 sólo había 0,11 teléfonos por cada 100 habitantes (en Dinamarca había 3,70 por cada 100).

Por si fuera poco, los pocos teléfonos que había funcionaban mal por lo que los trabajadores de CPT denunciaron al Directorio Militar todas las deficiencias del servicio y pedían la incautación de todas las concesiones repartidas por el territorio. Pese a que comenzaron las primeras apuestas por una red pública, Primo de Rivera optó por adjudicar el servicio a la empresa estadounidense International Telegraph and Telephone (ITT), bajo el mano del norteamericano Sosthenes Behn. El ejecutivo sería clave en los primeros 20 años de la compañía, hasta la nacionalización de 1945 por parte del Gobierno de Francisco Franco, tras distintas pugnas con las autoridades de EE UU.

Behn había estado trabajando con las autoridades españolas desde tiempo atrás para ganarse a la clase política y a los empresarios. Entre otros logros, atrajo al rey Alfonso XIII y al marqués de Urquijo, quienes respaldaron el proyecto norteamericano de ITT para acabar así con los posibles resquemores que pudieran quedar de la guerra contra EE UU de 1898 (la de Cuba y Filipinas).

Behn, entratanto, adquirió derechos sobre la citada CPT, de la Compañía Madrileña de Teléfonos o de la Sociedad General de Teléfonos, y fue creando un grupo de industriales y financieros españoles, con posiciones hegemónicas en el entramado económico del país, para fundar la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE) el 19 abril de 1924 con un plan de reforma y ampliación del servicio telefónico en España, fue presentado al Gobierno.

Tres empresas sumaron su nombre al de CTNE para participar en el denominado por el Gobierno “Concurso Especial de Posiciones Libres” para dotar al país de un servicio telefónico: la sueca Ericsson; la alemana Siemens, y New Antwerp Telephone and Electrical Works, el denominado “grupo belga”. Finalmente, ITT salió ganadora. En agosto de 1924, CTNE cerró un contrato con el Estado para la organización y ampliación del servicio telefónico nacional, que le garantizaba el monopolio y el control total del suministro del material.

En cumplimiento de los contratos firmados, CTNE traspasó a ITT todos sus derechos, aunque se mantenía como empresa operadora. Con denominación y domicilio en España, y responsables españoles en sus órganos directivos, la CTNE se convirtió en el primer y mayor ejemplo de conglomerado mundial de empresas operadoras de telegrafía, cable y teléfono.

ITT, por su parte, pasó a ser la principal propietaria, al cubrir la casi totalidad de una ampliación de capital de 115 millones de pesetas (casi el doble de la previsión inicial de 60 millones). Banco Urquijo y Banco Hispanoamericano se reservaron, por partes iguales, 600.000 pesetas en acciones ordinarias. Como depositarios de los fondos se designaron a los Bancos de España, Hispanoamericano y Urquijo; junto con International Banking & Co, International Telephone Securities, Morgan Harjes & Co de París y Morgan Grenfell de Londres.

El crecimiento empresarial fue exponencial porque, al terminar la década, el capital superaba los 500 millones de pesetas. Entre 1924 y 1966, la compañía haría 14 ampliaciones de capital, con un total de 1.400 millones de pesetas en acciones.

El primer presidente de Telefónica (CTNE) fue el marqués de Urquijo, bajo cuyo mando comenzó la extensión de la red: Vizcaya, Álava, Guipúzcoa, Pamplona, Madrid… donde se compró a las empresas privadas que ofrecían el servicio; luego en Barcelona. En todos los lugares se tuvo que negociar para comprar las concesiones, que daban servicio a 70.000 teléfonos. Entonces había 83.000 teléfonos en toda España, en su primer año de funcionamiento, lo que suponía haberse hecho con el 95%.

En ese año también se centralizó la dirección de la empresa en Madrid, decidiéndose la construcción de una central en Gran Vía número 28, donde podía acudir el público a hacer sus llamadas, con telefonistas, sala de prensa… hasta convertirse en uno de los edificios emblemáticos de la capital y ejemplo para toda Europa.

Esos fueron sus comienzos, pero muy pronto se convirtió en clave para el desarrollo de las redes de telecomunicaciones en el país, primero de cobre, y después de telefonía móvil y fibra óptica, con los cables submarinos y los satélites como respaldo a los servicios e infraestructuras; para dar un salto internacional a partir de principios de los noventa.

Telefónica, uno de los principales valores bursátiles españoles desde hace décadas con las populares matildes (popularizadas por los anuncios de José Luis López Vázquez), con presencia en Wall Street desde 1988, cuenta en la actualidad con 387,8 millones de clientes, repartidos entre España, Alemania, Reino Unido, Brasil y otros países de Latinoamérica como Argentina, Perú, Chile, Ecuador, Venezuela, Colombia y México, entre otros.

Su futuro, al igual que los del resto de operadoras, especialmente en Europa, no es fácil. La fuerte competencia, que ha impactado en los ingresos y estancado el crecimiento, penaliza a un sector que debe seguir haciendo fuertes inversiones en las redes de nueva generación, tanto móviles como fijas, ante la alta demanda de los usuarios. En su celebración de este día, Telefónica ha presumido de apagar la red de cobre en España, algo que ninguno de los grandes países ha hecho.

Este viernes, 19 de abril, Álvarez-Pallete tocaba la campana de la Bolsa de Madrid, una de los primeras celebraciones que Telefónica tiene preparada para compartir su centenario.

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