La inflación en la Eurozona subióo en mayo hasta el 2,6% interanual, dos décimas más que en abril, el mes anterior, según los datos de Erostat, la oficina estadística europea. Ahora queda la pelota en el tejado del BCE sobre si acometerá la primera bajada de tipos de interés.
La tasa de inflación interanual de la Eurozona habría registrado así su primer repunte desde diciembre de 2023 y alcanzaría su mayor nivel desde el pasado mes de febrero.
La aceleración de la subida de los precios en la región del euro reflejaría el alza del 0,3% del coste de la energía, tras abaratarse un 0,6% interanual en abril, mientras que los alimentos frescos subieron un 1,8%, seis décimas más.
Asimismo, los bienes energéticos no industriales habrían aumentado su coste un 0,8% en mayo, una décima menos que el mes anterior, pero los servicios se habrían encarecido un 4,1%, frente al 3,7% de abril.
Las tasas anuales de inflación más bajas corresponderían a Letonia (0,2%), Finlandia (0,5%), así como Italia y Lituania (0,8% ambos), mientras que las mayores subidas de precios se habrían observado en Bélgica (4,9%), Croacia (4,3%), Portugal (3,9%) y España (3,7%).
Entre las demás grandes economías del euro, los precios habrían subido un 2,8% en Alemania, frente al 2,4% de abril, mientras que en Francia habrían aumentado un 2,7% interanual, tres décimas más.
Eurostat tiene previsto publicar los datos de inflación del mes de mayo con información más completa el próximo 18 de junio.
«Si bien el BCE parece dispuesto a bajar los tipos la próxima semana, el debate sobre hasta qué punto el BCE puede liberar los frenos de la economía durante el resto del año será acalorado», apunta Bert Colijn, economista senior para la eurozona de ING Research, destacando que el repunte de la inflación en mayo refleja un mayor coste de los servicios apreciable entre grandes economías como Alemania, España y Francia.
«Si bien los efectos de base desempeñan un papel, esto ilustra que los últimos pasos para lograr que la inflación vuelva a alcanzar su objetivo no son necesariamente fáciles», advierte el economista, para quien, si bien todo sigue apuntando a que el BCE recortará los tipos por primera vez desde 2019 la próxima semana, «la pregunta sigue siendo cuántos recortes pueden seguir», según recoge Europa Press en su web.
«La inflación de mayo sirve como advertencia de que la próxima semana podría no marcar el inicio de un ciclo de recortes tradicional», apostilla.
De su lado, Riccardo Marcelli Fabiani, economista senior de Oxford Economics, sostiene que el aumento de la inflación en mayo fue impulsado por factores temporales y no significa que el proceso deflacionario se haya detenido.
«El aumento temporal de la inflación no impedirá el recorte de tipos de interés de junio, claramente comunicado», asegura el experto, para quien, sin embargo, el BCE será cauto y «es poco probable que baje las tasas de interés en la reunión de julio», dada la interrupción momentánea de la desinflación, especialmente en los servicios, y tras los sólidos datos salariales.
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