El director general de Regulación del Banco de España, José María Roldán, ha advertido de que el crédito será más escaso en el futuro escenario que se abra tras la crisis y la nueva regulación financiera internacional, por lo que las entidades financieras deberán concederlo de forma certera a los proyectos rentables y sostenibles.

«De cara al futuro es posible que el crédito sea un bien más escaso que en el ciclo anterior, por lo que es tremendamente importante que vaya a proyectos viables», dijo Roldán, tras recordar que la normativa internacional que derive de los acuerdos de Basilea III exigirá a la banca más capital y de mayor calidad que en el pasado.

Roldán, que participaba en el Congreso Nacional de Crédito y Recobro organizado por CMS, indicó que la crisis internacional vino precedida por un exceso de actividad financiera y de crédito sin suficiente capital, mientras que en el futuro es probable que se revierta la tendencia como reacción a los problemas generados por el endeudamiento en el sistema financiero mundial y en la economía real.

{destacado}Ante este panorama, el director general de Regulación del Banco de España incidió en la importancia de que las entidades financieras avancen en la mejora de la gestión de los riesgos para encauzar el crédito a proyectos sin problemas de impago y, al mismo tiempo, centren sus esfuerzos en rentabilizar su negocio.

Roldán recalcó que la crisis financiera internacional ha sido de tanta profundidad que no sólo ha acabado con el modelo de banca de inversión en Estados Unidos, tras llevarse por delante a grandes aseguradoras y bancos, sino que ha sumido en recesión a la mayoría de los países que contaban con un sistema financiero desarrollado.

Tras el estallido de una crisis financiera de dimensiones desconocidas tras la del 29, «era obvio que tenía que venir una revisión de la regulación para evitar que se reprodujera», dijo Roldán. La buena noticia, a su parecer, es que la crisis ha desatado una coordinación internacional sin precedentes en la que el G-20 ha impulsado políticas de reforma financiera y macroeconómica y ha contrarrestado la autarquía imperante en otras crisis.

A escala nacional, la crisis ha impulsado la reestructuración del sistema financiero, con las fusiones de cajas de ahorros y con la nueva Ley de Órganos Rectores de Cajas de Ahorros (Lorca) que permite a estas entidades captar capital en los mercados. «Es mejor no tener una crisis, pero también es verdad que éstas ofrecen oportunidades para llevar a cabo acciones difíciles de hacer en un entorno normal», argumentó Roldán.

El directivo del Banco de España resumió que las entidades financieras deberán operar en el futuro con más capital y de mayor calidad como colchón para absorber eventuales pérdidas, y que además tendrán que contar con suficiente nivel de liquidez como para sobrevivir a una sequía de los mercados mayoristas como la sufrida durante la crisis.

Estas exigencias «no son una venganza» por el coste que los problemas del sector financiero han provocado en la economía, aclaró, sino una forma de prevenir la siguiente crisis financiera, ya sea dentro de cinco años, de diez o de quince. La idea es «prevenir y que los bancos estén preparados para resistir los embates sin caer», sostuvo.

En este sentido, Roldan recordó la intervención del banco británico Northern Rock, que no quebró por invertir en productos tóxicos, sino que tuvo que ser rescatado por el Estado debido a la brecha entre sus plazos de financiación en los mercados mayoristas, muy cortos, y los plazos de los créditos concedidos, muy largos.

La regulación de Basilea III no quiere acabar con el «descalce» entre financiación y créditos, rasgo que define a las entidades financieras, sino reducir la brecha entre ambos. «No puede ocurrir que en el futuro se cubran hipotecas a 30 años con depósitos a seis meses», explicó Roldán.