El sexo: un encuentro con el otro

13/01/2012

Ana de Calle: Sexóloga y Terapeuta de Pareja.

No es de extrañar que haya disfunciones sexuales cuando las imágenes sexuales aparecen por todas partes, absorbiendo nuestra atención y pidiendo una respuesta sexual automática, es decir inmediata, incluso aunque no se busque el deseo…

Es como si la solución a los problemas, en el fondo, fuese la terapia sexual. Puede ser porque además el sexo alivia y representa el encuentro con el otro, con otro ser humano en un espacio de intimidad que no siempre afrontamos. Y es que ese gran interés que ponemos en solucionar nuestros problemas es porque el sexo representa el encuentro con otras personas, la sexualidad nos acerca.

Supone para nosotros relajación, abandono, flexibilidad y tenemos la sensación de que fluimos, lo que diariamente no está a nuestro alcance. Puede que seamos mejores personas si tenemos más sexo, y que la frecuencia sexual alivie algún problema. Lo que es cierto es que incorporamos cualidades, somos más cercanos, estamos más relajados, y así hacemos frente a lo contrario. A esa pauta cultural que nos provoca estrés, rigidez, control, una cierta distancia para protegernos de los robos, de las críticas, de que me pisen o se aprovechen de mí…

Y la sexualidad es como un código, un lenguaje que hemos incorporado en nuestros contactos cotidianos, porque podemos quizá tener relaciones profesionales relajadas, cercanas… pero suele ser al revés, por eso el sexo representa lo que no podemos permitirnos en la vida cotidiana, y muchos recurren al sexo incoscientemente, para estar relajados, otros recurren al sexo frenético, sobre todo los hombres.

O el sexo puede reproducir el día a día e incorporar la ansiedad y el estrés con el que vivimos las relaciones sociales… cosa que no le ocurre a otras personas que tienen sexo para paliar y equilibrar la ansiedad de la vida diaria. Por eso creo que parte de las disfunciones sexuales que existen como la falta de deseo, las disfunciones de la erección, la eyaculación precoz, el vaginismo… se explican por el disimulo entre lo que esperamos del sexo y lo que realmente es.

Y solemos vivir el sexo como la vida bajo la presión de complacer a los demás, con el miedo al abandono, a la crítica, que si no se me levanta «no estoy a la altura» o si no lubrico «no soy una mujer como Dios manda… Dios no manda nada, a menos que creas que no funcionas por un castigo divino. El sexo es un proceso de aprendizaje en tu vida, es aprender a ser persona, a saber qué te gusta, quién eres, como son tus órganos sexuales, con quién te gusta estar… qué tipo de experiencias quieres y cuáles rechazas.

Y si te cuidas pide la ayuda de un sexólogo para que te oriente. No te angusties, ni te aisles y aprende a enfrentar las dificultades sexuales, porque el sexo no es ningún reto, es un placer, ¿sabes? Porque si tienes algún problema de funcionamiento sexual interprétalo como una alerta de que algo en tu vida necesita reorganizarse, y se está expresando a través de un síntoma sexual. No te lamentes porque este es el primer paso para encontrarte contigo…

Así que deja tu orgullo y la necesidad de mantener la imagen de que lo sabes todo… Y cuando no puedas funcionar en la cama lo puedes expresar, lo puedes decir y buscar ayuda. Con la ayuda y el asesoramiento de un sexólogo te será más fácil.

Enlace al Blog: http://www.elsexoesvida.com

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