
Captura de las imágenes emitidas por RTVE del ataque de Irán sobre Tel Aviv
Oriente Medio se ha convertido en una olla a presión. Está en guerra y cada vez son más los países implicados. Israel contra todos: Palestina, Líbano, Irán… El resto de los países están más que preocupados porque se avecinan épocas ya conocidas de crisis económicas que dieron al traste con la prosperidad, y que de no cambiar las cosas volverán a poner el contador a cero en la mayoría de los países. De momento, la inestabilidad geopolítica ya ha empezado a repercutir en el precio del petróleo. El barril de crudo se disparó un 5% nada más conocerse el ataque de Irán sobre Tel Aviv.
El precio de los carburantes es el primero en dar las señales de alarma. Solo la semana pasada, el barril de Brent se encontraba rondando los 70 dólares, y a la baja. Tras el ataque iraní, se disparó hasta casi los 75 dólares, y este miércoles al mediodía llegó a superar los 78 dólares. En el momento de escribir estas líneas, está subiendo más de un 3% y su valor parece estar estabilizándose en el entorno de los 75 dólares, pero con tendencia al alza.
De esta forma, el Banco Central Europeo (BCE), que seguía recibiendo noticias favorables sobre la inflación de los Veintisiete incluso situándose la media por debajo del ansiado 2% (en septiembre acabó en el 1,8%), vuelve a preocuparse y, cuando todos los expertos y analistas vaticinaban nuevas bajadas en los tipos de interés antes de que acabe el año, todo parece indicar que optará por la prudencia, a no ser que los aires de guerra se calmen, algo que de momento no parece probable con la promesa de Netanyahu de vengar el ataque sobre Tel Aviv.
Y es que la guerra no sólo repercute en el precio de las materias primas, como el mencionado petróleo, o el gas, sino que también afectará a las rutas marítimas por donde se transportan todos los productos entre los diferentes continentes. También los mercados financieros regresarán a la prudencia y se alejarán de arriesgarse.
En el caso de las materias primas, no se puede obviar que en Oriente Medio se produce un tercio de la producción del petróleo que se comercializa en todo el mundo, a lo que se suma que también produce el 15% del gas natural. Arabia Saudí, con el 14,5% de la producción mundial, Irak (6%), Emiratos Árabes Unidos (4%) y Kuwait (4%) también pasan su petróleo por el estrecho de Ormuz. Lo mismo que el transporte de gas desde Qatar (5%) con destino a los países europeos.
Y es que la guerra también afecta a las rutas marítimas, sobre todo a los buques que navegan por el estrecho de Ormuz (Irán-Omán), ya que el 30% de todos los productos con los que se comercia pasan por él. También navegan por este estrecho el 20% de los buques gasísticos de gas natural licuado, según los últimos datos de la IEA, la Agencia Internacional de la Energía.
Según explican en la agencia de calificación Scope Ratings, la inflación se va a ver afectada por «la geopolítica y las nuevas crisis de la oferta». En este sentido, recuerdan que el gas se emplea en la generación de electricidad, para la calefacción y en los procesos industriales, lo que significa que solo más del 30% de los hogares de la UE necesitan el gas para calentarse.
El precio del gas, precisamente, ha sido uno de los factores que están contribuyendo a controlar la inflación en los países europeos, cuya media de septiembre logró situarse en su nivel más bajo desde el segundo trimestre de 2021, antes de la guerra en Ucrania. Pero esta tendencia podría truncarse tras el ataque de Irán y la respuesta que dará Israel.
Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.