La locomotora económica europea comienza a tener menos presión por parte del Índice de Precios de Consumo (IPC), al situarse en septiembre en el 1,6% interanual, tres décimas menos que en agosto y su menor marca desde febrero de 2021, según la Oficina Federal de Estadística (Destatis).

A su vez, el dato de inflación armonizada, empleado por Eurostat en sus estadísticas, disminuyó dos décimas, hasta el 1,8%, durante el noveno mes del año.

La mayor contribución de este descenso procedió del coste de los precios energéticos, con una caída interanual del 7,6%, a la que se suma el descenso del 5,1% contabilizado en agosto. Estos descensos han sido suficientes para contrarrestar el aumento del 1,6% frente al incremento del 1,5% del mes previo. Por su parte, el precio de los bienes cedió un 0,3% en comparativa interanual, mientras que los servicios se encarecieron un 3,8%.

La presidenta de la Oficina Federal de Estadística (Destatis), Ruth Brand ha concretado que «las nuevas reducciones de los precios de la energía frenaron la inflación de forma más evidente en septiembre de 2024 que en los meses anteriores. Por otro lado, los aumentos de precios de los servicios, que siguen por encima de la media, impulsaron la inflación al alza».

Ante estos datos, y excluidos el impacto de la energía y de los alimentos frescos, la tasa subyacente de inflación de Alemania se situó en el 2,7%, una décima menos y nivel más bajo desde enero de 2022.