El consejero delegado de Iberia, Rafael Sánchez-Lozano, pidió al nuevo Gobierno de Mariano Rajoy que aclare el modelo aeroportuario y si sigue adelante con el concurso de la licitación en Barajas y El Prat, cuyo plazo finaliza el próximo 31 de enero o lo modifica, para que se despeja la incógnita.

«No nos metemos con el proceso de privatización, pero queremos que lo que se haga, se haga bien y veamos cómo afecta a las tarifas y al servicio», señaló en un encuentro con medios especializados.

No obstante, opinó que los aeropuertos no deberían funcionar en red, de forma que «no se saque dinero de los rentables para pagar aquellos que no lo son», lo que «no quiere decir que no podamos vivir con otro modelo». «Nos vale cualquiera, siempre que se haga bien», recalcó.

Sánchez-Lozano, que reconoció que la puntualidad en Barajas es «mala» por las incidencias surgidas tras la adaptación y los problemas con sus pilotos, afirmó que la «indefinición» del modelo en Barajas afecta a uno de los objetivos estratégicos de Iberia para su hub.

Según el plan denominado ‘Ágora’, Iberia quiere alcanzar en Barajas una puntualidad del 85% en 2015 y reducir en un 20% (unos 10 minutos) los tiempos de conexión.

Esto supondría en cuatro años situar a Barajas como el cuarto aeropuerto europeo, puesto por el que compite con Ámsterdam, aeropuerto que cuenta con un operador «muy eficiente», y por detrás de Frankfurt, París y Londres.

El ejecutivo explicó que su plan para ganar en eficiencia en Barajas no requiere de «grandes inversiones» y estimó en más de 100 millones de euros el ahorro –por costes no incurridos y beneficios– el logro de dichos objetivos.

Para ello, Iberia tiene interés en que se decida el nuevo modelo y en trabajar con Aena para conseguir estos objetivos, que requerirá de la colaboración del gestor aeroportuario.