
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea
(Foto de Archivo: Dati Bendo/European Commission/d / DPA)
Esta vez la Unión Europea ha sido rápida, al menos en decirlo. La ya consumada subida del 25% de los aranceles al acero y al aluminio, impuesta por el presidente estadounidense, Donald Trump, tendrá «contramedidas firmes y proporcionadas». Este ha sido el anuncio, falta por concretarlas y, mientras tanto, las autoridades europeas siguen abiertas al diálogo para eliminar o reducir esos aranceles.
No lo dan por perdido, ya que han visto que Trump ha suavizado esa misma decisión con Canadá o México. El problema será qué pide a cambio. Lo que sí están dispuestos a buscar en Europa es una solución para evitar una guerra comercial con Estados Unidos, porque ya se sabe que en las guerras se perjudican todos.
El comisario de Comercio, Maros Sefcovic, explicó en una reunión del Parlamento Europeo celebrado en Estrasburgo, que «siempre protegeremos nuestros intereses frente a medidas injustificadas, con base en nuestros valores, y ese momento ha llegado». La convocatoria del pleno europeo tenía como objeto debatir sobre las relaciones comerciales internacionales y el impacto de aranceles.
Como era de esperar, la UE (sus 27 Estados miembro) va a defender en bloque sus intereses frente a terceros, una defensa en nombre de sus empresas, trabajadores y consumidores. Hay un mes por delante para que la subida arancelaria estadounidense se haga efectiva, y por tanto, hay tiempo para estudiar su repercusión sobre la economía europea y, sobre todo, para estudiar las medidas «firmes y proporcionadas» de respuesta a esta decisión unilateral y arbitraria.
El comisario de Comercio europeo insiste en mantener un «diálogo constructivo» con la Administración Trump, y expresa su deseo a la negociación de medidas «mutuamente beneficiosas» para las dos partes porque de lo que se trata es que ambas zonas geográficas obtengan beneficios, y es «de sentido común» que funcione esa negociación porque «hay mucho en juego para ambas partes», ha explicado Sefcovic.
«Los aranceles son equivalentes a impuestos»
Tras la celebración del pleno del Parlamento Europeo, desde la Comisión Europea también quisieron dejar claro, a través de un comunicado de su presidenta, Ursula von der Leyen, que «los aranceles son equivalentes a unos impuestos», por lo que «lamenta profundamente» la decisión del presidente Trump: «perjudican tanto a las empresas como a los consumidores, también a los estadounidenses», ha enfatizado la mandataria europea.
Y tras analizar las consecuencias, von der Leyen ha expresado con rotundidad que «los aranceles injustificados a la UE no quedarán sin respuesta: desencadenarán contramedidas firmes y proporcionadas», porque la UE no se va a quedar de brazos cruzados, sino que «actuará para salvaguardar sus intereses económicos».
El primer intento para revertir la decisión de Trump será la reunión bilateral prevista por von der Leyen con el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, en el transcurso de una cumbre sobre Inteligencia Artificial que se celebra este martes en París.
Todos contra Trump, aunque con matices
La esperada respuesta por parte de las máximas autoridades europeas, Ursuala von der Leyen y el comisario de Comercio, se han unido otras muchas voces de la UE. Así, el Consejo Europeo, António Costa, ha expresado en redes sociales su «apoyo firme» al Ejecutivo comunitario y su anunciada respuesta «firme y proporcionada». Costa ha puesto además el énfasis en que «el bloque permanece unido» y ha enviado un mensaje a Trump «somos un socio confiable y predecible. Seguiremos esforzándonos por lograr un comercio global justo».
El pleno del Parlamento Europeo puso de manifiesto que esta vez todos los grupos hablan ‘el mismo idioma’. Desde el Partido Popular Europeo se recordaba a los dirigentes europeos que Estados Unidos es «un aliado muy cercano», por lo que apuestan por el diálogo ante la imposición de Trump, ya que «un intercambio de golpes no va a funcionar», según reflexionó su portavoz Jörgen Warborn.
Desde la bancada de los Socialistas y Demócratas (S&D), se ha pedido que la UE «no se quede de brazos cruzados» ante la intimidación de Trump con «aranceles injustificados a sus principales socios comerciales», aseguraba la eurodiputada Iratxe García. También la líder de la Izquierda europea, la francesa Manon Aubry, ha reprochado a las autoridades comunitarias que «miren para otro lado» cuando Trump opta por «doblar sus amenazas».
Entre los ultraderechistas de Patriotas por Europa, Klara Dostalova aclaró que en materia comercial «no hay amigos, sino intereses», y que la debilidad mostrada por la Comisión Europea no es buena para encarar la imposición de Trump.
Y los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) se llamó la atención a las autoridades comunitarias de utilizar un «doble rasero», según quién ocupa la Casa Blanca, según manifestó Daniele Polato.
También la eurodiputada Karin Karlsbro pidió en nombre de los Liberales Europeos (RE) «unir fuerzas» frente a Estados Unidos y, también, China. Los liberales cree que la intención de Trump es dividir a la UE y «empobrecer» a todos los actores en las relaciones globales. Por tanto, su receta para combatir estas intenciones ‘trumpistas’ es «la unión» de todo el bloque de países que configuran la UE.
Por último, el grupo de los Verdes ha criticado a la ultraderecha «rendida» ante Trump, quien según su portavoz, Anna Cavazzini, solo busca «doblegar y empobrecer» a sus socios comerciales como es la UE.
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