No tiene programa, no tiene proyecto, sólo tiene ambición. Es capaz de vender a su padre, vender al partido y vender España con tal de conseguir sus ambiciones. No es la primera vez que transcribo esta definición de Pedro Sánchez que nos hizo un destacado dirigente del Grupo Socialista del Congreso cuando en julio de 2014 el hoy presidente del Gobierno resultó elegido secretario general del PSOE.
Un Pedro Sánchez, que hasta entonces estaba considerado como uno de los “mudos” como en el argot parlamentario calificábamos a los diputados de bulto que nunca intervenían en las comisiones o en los plenos. Pero ya entonces le precedía una fama de advenedizo, oportunista y arribista siendo un secreto a voces el plagio de su tesis doctoral.
Reputación que no tardó en confirmar cuando en 2016 perpetró un fraude y un pucherazo durante la reunión del Comité Federal del PSOE convocado para relevarle de la secretaría general instalando una urna escondida y camuflada tras un biombo, fuera de foco para que nadie garantizase las mínimas garantías democráticas.
Desde entonces su trayectoria y proceder no ha hecho, sino corroborar aquellas palabras del dirigente socialista, hoy purgado, sin demostrar dudas o escrúpulos para engañar y contradecirse cuando ha necesitado apoyos para acceder y permanecer en La Moncloa.
Empezando por su acceso a la presidencia del Gobierno mediante una moción de censura para supuestamente conseguir la “regeneración de la democracia” y que siete años después se ha convertido en degeneración de las instituciones democráticas, asalto al Estado de Derecho, denuncias de corrupción en su entorno político y familiar y falsedades que el considera “cambios de opinión”.
“Convocaré elecciones cuanto antes”, dijo en 2018 tras la moción de censura a Mariano Rajoy para luego mantenerse en el poder sin pasar por las urnas hasta abril de 2019, casi un año después. Previamente, en 2015, durante una entrevista electoral, Sánchez afirmó tajante y reiteradamente que “con Bildu no vamos a pactar” para posteriormente, en 2020 y 2023, pactar con los herederos de ETA su investidura para seguir en La Moncloa, además de otros acuerdos en gobiernos municipales y autonómicos.
Se comprometió también a no conceder indultos ni amnistía a los golpistas catalanes condenados por el procés, además de traer a España a Puigdemont. Sin embargo, en 2021 certificó el indulto a los líderes independentistas y hoy el Tribunal Constitucional está a punto de aprobar la amnistía a los líderes independentistas, además de que Puigdemont es su socio preferente, ante el que se humilla y cede a todos los chantajes del fugado y su partido y quien verdaderamente manda en España.
Sonado fue también su “cambio de opinión” sobre el Sahara Occidental, reconociendo la soberanía marroquí de facto sobre la excolonia española, que muchos relacionan con el espionaje de Pegasus a su teléfono móvil y a los de algunos de sus ministros.
Y si pasamos al ámbito de la economía, Pedro Sánchez reiteró en campaña que no subiría los impuestos a los trabajadores ni a las clases medias, y en siete años ha realizado 94 subidas fiscales y de las cotizaciones sociales hundiendo a España en el ranking de competitividad fiscal. Prometió 1.800.000 viviendas y todavía estamos esperando la primera. Presumía de ser el gobierno más social de la historia y tenemos a más de 12 millones de españoles en riesgo de pobreza o exclusión social, siendo líderes de Europa en pobreza infantil.
Líderes de la UE somos también en desempleo y en paro juvenil duplicando la meda europea. Y miente también el Presidente cuando habla de récord de afiliados a la Seguridad Social, cuando lo que hay en realidad es un récord de afiliaciones por la multiplicación de trabajadores que firman varios contratos en un mes.
Son sólo algunas de las más destacadas falsedades de un Pedro Sánchez que pese a todo no convocará elecciones porque el partido ni le interesa ni le importa más que como instrumento para conseguir sus fines. Sólo le importa él.
Como los tres monos chinos permanece ciego, sordo y mudo. Lleva más de cuarenta días hablar. Será que como dice sabiamente el refranero “el que calla otorga” y además no miente.
Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.