Brian Wilson acaba de morir, a los ochenta y dos años de edad, tras padecer durante años una enfermedad neurocognitiva. Wilson fue líder, fundador, compositor y cantante de The Beach Boys, la banda que en los años 60 impulsó el pop, el surf, la psicodelia suave y el rock de playa en todo el mundo. Aún, sigue haciéndolo en conciertos donde actúan dos de sus supervivientes y, hasta hace poco, el mismo Brian.
Este artista supo hacer música alegre, entrañable, tierna, divertida y bailable, aunque peleó desde muy joven con demonios interiores que le llevaban a la locura y con una sordera causada por un golpe de su truculento padre. Esos mismos demonios le llevaron a componer música psicodélica con arreglos complejos y exigentes, caso de sus obras “Smile” y “Pet Sounds”. Momentos de la historia de la música que llevan a compararle con la inquietud de Paul McCartney (el mejor autor de pop junto a Wilson) y los Beatles en discos como “Beatles” y “Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band”.
En todo caso, como consecuencia de mi conmoción ante la muerte de un músico genial que me ha dado tanta emoción, ilusión, felicidad y enamoramientos, no puedo decir más cosas que señalar algunas de las canciones que más me han hecho disfrutar de él, por si da la casualidad de que a ustedes les puede pasar igual con: “God Only Knows”, “In My Room”, “Don´t Worry Baby”, “Darlin”, “Help Me Rhonda”, “Good Vibrations”, “Wouldn´t It Be Nice”, “Caroline No”, “Heroes & Villans”, “Feel Flows”, “Love and Mercy”, “Forever”…y hay muchas, muchas más, pero no quiero cansar. Brian, amor y perdón, para siempre.
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