La compañía tecnológica registró una cifra de ventas de 54.000 millones de dólares (41.778 millones de euros) en 2011, lo que supone un incremento del 24% respecto a la facturación de 2010, que alcanzó los 43.600 millones de dólares (33.731 millones de euros).

En cuanto a los resultados del último trimestre del pasado año, la firma californiana obtuvo un beneficio de 3.400 millones de dólares (2.629 millones de euros), un 6% más que en el mismo periodo de 2010, mientras que la facturación alcanzó los 13.900 millones de dólares (10.760 millones de euros), un 21% más respecto a la del año anterior.

Para el presidente y consejero delegado de Intel, Paul Otellini, 2011 fue un año «excepcional» para la compañía, «con un crecimiento de los ingresos en más de 10.000 millones de dólares (7.746 millones de euros) que ha conseguido eclipsar a todos los registros anuales anteriores».

De cara a este año, Otellini ha destacado que en la firma están «entusiasmados» con las oportunidades de crecimiento global que se les presentan, «gracias a productos como los sistemas Ultrabook, los centros de datos y seguridad o la introducción del procesador Intel a ‘smartphones’ y tabletas».