En 1851 se puso la primera piedra de la presa, y su construcción ocupó a gran cantidad de obreros, la mayoría de ellos presos carlistas, que compartían barracón con las bestias de carga, separados tan sólo por unos cortinajes.
Las condiciones de trabajo fueron tan duras, que el temor a los castigos, no pudo evitar los motines. Incluso la tropa que vigilaba a los presos se quejó de sus propias condiciones de vida.
Sufrimientos inútiles pues una vez terminada la obra, se comprobó que el emplazamiento estaba mal elegido; el terreno calizo ocasionaba filtraciones y en el embalse no se acumulaba agua.
Tal fueron los desafortunados comienzos del canal con que, reinando Isabel II, se trató de abastecer adecuadamente de agua a la ciudad de Madrid.
Hubo que construir otra presa, la de Navarejos, que quedó unida a los 77 kilómetros de conducción que desde el Pontón de la Oliva estaban destinados a llevar agua hasta Madrid.
Esos fueron los orígenes del actual Canal de Isabel II, el que hace de Madrid una de las pocas grandes ciudades en las que beber agua del grifo sea un acto saludable y placentero.
Aunque sin embalsar agua, la presa sigue en pie, y es visitada por excursionistas, muchos de ellos escaladores, que aprovechan los tramos más encañonados del río Lozoya para anclar cuerdas y trepar paredes.
Aunque se puede llegar hasta ella en coche, es mejor iniciar el recorrido en Patones de Abajo, son sólo cinco kilómetros siguiendo el sendero GR-10, que nos permiten contemplar las conducciones de agua, con los sifones y acueductos que se salvan los tajos de los arroyos.
A poca distancia de la presa, aguas abajo, hay una colonia de casas y entre ellas un bar, con menú del día.
Aguas arriba podemos seguir el Lozoya por los senderos, a veces estrechos y con desplome sobre el lecho del río, que recorren la margen derecha. A la presa de la Parra son otros siete kilómetros y llegamos ya por pista. Allí el río se encajona más aún, y es un buen punto para retornar, ya que si desde aquí regresamos a Patones de Abajo, entre ida y vuelta habremos hecho 24 kilómetros.
Transporte
En Torrelaguna se pueden tomar los autobuses que van a Uceda y tienen parada en Patones de Abajo. A Torrelaguna hay autobuses frecuentes desde el Intercambiador de Plaza de Castilla.
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