Los 7 hábitos del emprendedor para mantenerse cuerdo

20/01/2012

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Después de más de un año como emprendedor, os puedo asegurar que ser emprendedor es una profesión de riesgo. Riesgo a obsesionarte, a dejar de lado a tus amigos, riesgo a tener problemas con tu pareja, a caer en la apatía. En una palabra, si no controlamos nuestros hábitos, podemos convertirnos en personas desconectadas de la realidad.

Un hábito es una acción que, gracias a la repetición sistemática, conseguimos incorporar a nuestra vida de forma natural y automática. No hace falta que os diga que para adquirir un hábito es fundamental la repetición y la disciplina. Hay quien dice que hace falta un mínimo de 3 semanas para adquirirlo.

Hábitos que harán de nosotros un emprendedor cuerdo

Hacer deporte

Si tuviese que elegir solo un hábito, probablemente elegiría este. La razón es que el deporte continuado tiene muchos beneficios para el emprendedor. Despeja la mente y el cuerpo. Hay estudios que prueban que el deporte nos hace más inteligentes. El ejercicio provoca la generación de endorfinas, que son las que nos hacen sentirnos genial después de una sesión en el gimnasio o de unas carreras. El emprendedor suele estar estresado y siempre dándole vueltas a su proyecto. Las endorfinas le ayudarán a la relajación. Ni que decir tiene que el deporte es bueno para la salud y para controlar el peso corporal, algo que para los que nos pasamos el día delante de un ordenador es importante.

No hace falta que os metáis hora y media de gimnasio todos los días; con media hora diaria será suficiente. Si es posible, haced un deporte que os guste y que no sea mera obligación.

Quedar con amigos

El emprendedor suele vivir en una burbuja en la que solo existen él y su empresa. Esto tiene un efecto positivo de cara a la focalización en sus objetivos, pero muy nocivo en cuanto a su vida social. En un momento dado, corre el peligro de perder la noción de la realidad y dejar de vivir la vida. Además, a largo plazo, también le penalizará sobre su empresa ya que la dependencia psicológica que tiene el emprendedor del buen funcionamiento de su empresa hará que cualquier problema en la misma le suponga una desgracia.

Conclusión, tienes que vivir la vida más allá de tu proyecto. Oblígate a quedar con tus amigos, a salir con tu mujer y a ver a tu familia. Quizá al principio te cueste desconectar, pero le vendrá muy bien a tu salud y luego cogerás con más ganas el trabajo. Los estudios dicen que no hay nada que influya más directamente en la felicidad del individuo que el buen funcionamiento de sus relaciones sociales.

Comer bien y con tiempo

Yo creo que aquí fallamos casi todos. A veces, debido al ritmo de vida que llevamos, vemos la comida como otra cosa que tenemos que quitarnos de encima. Comemos preparados que se cocinan en 5 minutos y se engullen en 10. Craso error. La buena alimentación, junto con el ejercicio y la socialización, son las tres patas básicas del bienestar. Sin una buena alimentación, no tendremos energía, no nos encontraremos bien físicamente, engordaremos… Además, dedicar algo de tiempo a cocinar y a comer nos puede servir como forma de reducir el estrés.

Practicar un hobby

Para muchos emprendedores, nuestro hobby es nuestro trabajo. Eso está bien, pero el trabajo no es un hobby. Un hobby o una afición no tiene responsabilidades, no tiene objetivos, no te da de comer. Estas diferencias son importantes, ya que una afición te permite relajarte y divertirte sin presión y tu empresa no.

En mi caso, mi mayor hobby es esquiar. Cuando esquío, no existe la empresa, ni los problemas, ni nada. Solo estamos la nieve y yo. Todo dispuesto para la diversión.

Dedicar 5 minutos diarios a planificar

A veces tenemos tanto trabajo acumulado que no nos damos ni 5 minutos para pensar y planificar a qué dedicar nuestro tiempo. 5 minutos a primera hora para planificar el día puede ser el tiempo mejor invertido, ya que nos permitirán priorizar y organizarnos bien las tareas del día, con la consiguiente mejora en la productividad y reducción en el estrés.

“Perder el tiempo”

En este mundo de estrés, velocidad, tareas y objetivos es muy sano dedicar tiempo a “perder el tiempo”. Abúrrete, juega con tu perro, habla de cosas irrelevantes con la cajera del Super, mira una capítulo de Sinosuke. En definitiva, quítale peso y seriedad a tu vida, reduce tu sensación de responsabilidad y permítete un respiro. La mejor forma de “perder el tiempo” es meditar. Meditar no es otra cosa que concentrarte al 100% en lo que ocurre en ese momento a tu alrededor. Puede ser una conversación, el canto de los pájaros, tu gato jugando con un ovillo. Da igual, lo importante es que en ese momento vacíes tu cabeza de todo lo demás.

Reservar un día a la semana sin trabajar

A los emprendedores nos gusta mucho decir que nos encanta nuestro trabajo y que, por lo tanto, nosotros no lo consideramos trabajo. Yo estoy de acuerdo con este pensamiento, a medias. Es cierto que disfrutamos con nuestro trabajo, pero del disfrute a la obsesión puede haber un pequeño paso. Para evitar cruzar esa línea yo recomiendo que un día a la semana no abramos el correo, dejemos el teléfono aparcado y no leamos sobre temas de trabajo. Se trata de desintoxicarnos para coger los 6 días siguientes con las pilas cargadas. De paso, podemos aprovechar para llevar a cabo nuestros hábitos saludables.

Mi recomendación es que no intentéis todos de golpe. Ir adquiriendo un hábito o dos al mes y es más probables que consigáis fijarlos.

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