Hay cosas que nos reconcilian con el mundo porque nos muestran que el planeta podría mejorar si supiéramos clonar sus corazones. En la misma universidad, la de Georgetown, donde hizo un máster Felipe de Borbón y da conferencias Aznar, Anthony Kennedy fundó la ONG Best Buddies porque su tía Rose era discapacitada. De ahí que su madre, Eunice, creara los Juegos Olímpicos Especiales y su tío JFK hiciera una ley muy avanzada para proteger sus derechos. Esa organización fue extendiéndose por el mundo hasta llegar a España. Básicamente consiste en integrar a las personas que tienen disminuidas sus capacidades intelectuales en la vida de los que no tienen esa limitación. Necesitan a los mejores compañeros, gente tan altruista como Gonzalo, que junta a sus amigos de universidad para hacer planes con Luis una vez a la semana, o Nieves Álvarez, que recibe los consejos de Fátima para desfilar “Nieves ten cuidado de no tropezarte” o Nieves a la que María León considera “como mi hermana mayor. La adoro”. Los Best Buddies, aunque reciben muchas ayudas de sus padrinos, necesitan fondos para organizar cosas tan simples como ir de excursión a Faunia o al cine. La última acción en la que participaron para recaudar fondos la han hecho en el hotel Palace, que les cedió el salón Neptuno para hacer una clase de cocina con Samantha donde los chicos entre 22 y 65 años de Best Buddy, por parejas en mesas redondas con todos sus ingredientes dispuestos, iban haciendo un cheese cake al mismo tiempo que la profesora cocinera. Después de hacer la tarta tuvieron una clase de «chucheterapia» con la empresa sweetdesign que pueden hacer sushis o canelones con chucherías. Ese momento lúdico y pringoso lo proponen como terapia porque es divertido manipular chucherías y luego comertelas. Por último, el director del Palace Marc Lanoy regaló a cada chico participante un delantal con la leyenda «fui chef en El Palace».