Las victorias tienen muchos responsables, Los fracasos, no tanto. El secretario general del Tesoro y Política Financiera, Íñigo Fernández de Mesa, muestra en su primer mes en el cargo, para el que fue nombrado por el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos (con el que coincidió en Lehman Brothers antes de irse a Barclays Capital), luces y sombras. Entre las primeras, haber sacado con sobresaliente todas las emisiones de deuda pública, pese a la situación de los mercados y la desconfianza que existe sobre los denominados países periféricos y sobre el plan del Gobierno de Mariano Rajoy para cumplir con las exigencias de reducción drástica del déficit público. Entre las sombras, el suspenso en la colocación de la emisión de los derechos de cobro del déficit de tarifa eléctrica.

En el sobresaliente del Tesoro español tiene mucho que ver la inyección de liquidez a tres años aprobada por el Banco Central Europeo. Pero este hecho no quita méritos al equipo de Fernández de Mesa. No era un examen precisamente fácil la subasta de letras del Tesoro a tres meses y a seis meses, porque se producía justamente el día después de que el Banco de España, a través de su Boletín Económico, diera una lección de realismo, admitiendo la recesión y una mayor destrucción de empleo. No obstante, el Tesoro capto 2.500 millones de euros. Y lo que es más importante: la demanda llegó a colocarse en los 13.654 millones: 4,32 veces la oferta en letras a tres meses; 6,87 veces a seis meses.

Resultado: ya están financiados el 74% de los vencimientos de deuda pública del primer trimestre. Lo que da fuerzas para la gran prueba de abril, donde el Tesoro afronta 9.558 millones en letras y 11.939 millones en bonos. Y, por sexta subasta consecutiva, el Tesoro ha reducido sus costes de emisión. En o que va de año, el Tesoro ha colocado 24.000 millones, de los que 7.400 millones son en letras, a corto plazo, y el resto, en deuda a medio y largo plazo.

Sin demanda para el déficit eléctrico

Si de la deuda pública vienen buenas noticias, no puede escribirse lo mismo del Fondo de Amortización del Déficit Eléctrico (FADE), creado para sacar al mercado los derechos de cobro del déficit de tarifa. El Tesoro ha tenido que aplazar una emisión, ante la escasa demanda suscitada, pese a ofrecer un vencimiento de cuatro años y un tipo que supera en 0,7 puntos la rentabilidad de la deuda del Estado. Ese aplazamiento de la primera emisión del FADE en el año enturbia aún más la tormentosa colocación de la deuda eléctrica.

Con la colocación de 1.500 millones de euros realizada en septiembre de 2011, el FADE suma 8.500 millones de euros en cinco emisiones públicas. Algo más de la mitad de los 13.694 millones que estaban previstos emitir en un proceso que se ha visto alterado por la situación de los mercados y la crisis de la deuda soberana.

También se han registrado colocaciones privadas de deuda emitida por el FADE, que suman 1.400 millones.

El déficit de tarifa, que se crea porque los ingresos del sistema eléctrico son inferiores a los costes, supera los 20.000 millones de euros. El FADE esperaba colocar durante 2011 un total 15.400 millones de este pasivo, pero la crisis de la deuda soberana impidió el cumplimiento de ese objetivo. El aplazamiento de la primera emisión de 2012 no invita precisamente al optimismo.