La Cumbre Europea analizará si se flexibilizan los plazos del déficit público

25/01/2012

Maite Vázquez del Río. Pese a la insistencia del Gobierno español de que cumplirá el objetivo exigido en el plazo de tiempo fijado, el titular de Economía no descarta que España pida que se amplíen los plazos. De hacerlo, no será el único país. Italia, Portugal y Grecia ya lo han solicitado.

Cada vez son más las voces que piden que la Comisión Europea amplíe los plazos fijados para que todos los países de la eurozona cumplan con el 3% de déficit público, establecido en el Tratado de Estabilidad. La crisis permanente está provocando que por muchos ajustes que realicen los países que no complen los objetivos de regreso a la estabilidad (6% en 2011; 4,4% en 2012 y 3% en 2013) encima ponga en peligro el propio crecimiento. Todo parece indicar que, finalmente, las autoridades comunitarias incluirán la posible ampliación de los plazos como punto del orden del día en la agenda de la próxima Cumbre Europea, que se celebrará el próximo 30 de enero.

Los jefes de Estado y de Gobierno deberán debatir si se flexibilizan los objetivos de reducción del déficit para España y otros países con problemas como Italia o Portugal con el fin de tener en cuenta el empeoramiento de la situación económica y no asfixiar las posibilidades de crecimiento económico.

En este sentido, el ministro español de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, dejó abierto este miércoles la posibilidad de solicitar a Bruselas que se amplíe el plazo, ante las últimas previsiones para nuestra economía del Fondo Monetario Internacional (FMI), que auguran una recesión para los próximos dos años, y del propio Banco de España que confirmó que el PIB caerá un 1,5% en 2012.

Todo lo que se analiza ahora en las cumbres europeas tienen vasos comunicantes. En teoría, el crecimiento económico y el empleo son los ejes centrales sobre los que los jefes de Estado y de Gobierno deberán buscar las posibles soluciones. Ambos problemas han dejado incluso en segundo plano el incumplimiento de los objetivos de déficit público exigidos por el Pacto de Estabilidad.

El problema de la deuda y las presiones a que están sometidos cada vez más países de la eurozona se encuentra en el fondo de todos los debates, dado que es el que está provocando que cada vez se vea más próxima la recesión en algunos de los países de la unión monetaria, lo que al final tendría un efecto de arrastre para el resto.

Pese a esta declaración de intenciones en la próxima reunión extraordinaria de la Cumbre Europea, también es cierto que en Bruselas no se espera que salga algo definitivo sobre el retraso del cumplimiento de los objetivos. Todo apunta a que se esperará a conocer las nuevas previsiones económicas de la Comisión Europea, que se harán públicas el 23 de febrero, casi un mes después. A partir de esos datos se podrían, como piden los tecnócratas de Bruselas, tomar decisiones desde una «perspectiva» más realista

Como siempre todos esperan la decisión que adopte la canciller alemana, Angela Merkel, sobre la posibilidad de este retraso. España e Italia serían los países más interesados en que finalmente se ampliaran los años de cumplimiento. Mario Monti, el primer ministro italiano, ya se lo hizo saber a la canciller en la reunión que mantuvo en Berlín hace un par de semanas. Y es más que probable que el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, que se reune este mismo jueves con Merkel, también se lo plantee, pese a sus últimas manifestaciones de que España cumplirá el objetivo del 4,4% de déficit este año; una afirmación que podría interpretar más como un mensaje a los mercados para que confíen en España.

Ni que decir tiene que los compromisos adquiridos por el anterior Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero sobre los plazos y fases que recorte del déficit se basaban en unas previsiones económicas mucho más optimistas. Ese podría ser el argumento fundamental con el que «negociar» la ampliación, ya que como ha sugerido de Guindos el Gobierno está dispuesto a renegociar con Bruselas los nuevos programas de reducción del déficit, aunque se cumpla el 4,4% de objetivo de déficit público fijado para este año.

Junto a Merkel, no obstante, también podría surgir un nuevo obstáculo a la ampliación de los plazos. Olli Rehn, el vicepresidente de la Comisión y responsable de Asuntos Económicos, por primera vez parece mostrarse inflexible ante este problema. A su juicio cumplir los compromisos sería «ganar la confianza de los mercados», por lo que un nuevo retrazo incrementaría esa desconfianza.

Este convencimiento «choca» con la falta de propuestas del comisario europeo para impulsar el crecimiento económico. En aras de evitar la recesión cada vez son más las propuestas que se escuchan para que se aminore el ritmo de ajustes y recortes de gasto público, que ahora se está convirtiendo en un obstáculo para el propio crecimiento económico. Los escasos mecanismos europeos que pueden contribuir al crecimiento español son los fondos europeos que no se han utilizado para ayudar a encontrar empleo a los jóvenes, así como para impulsar la movilidad laboral o avanzar en el integración del merdado interior.

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