Si ayer nos las prometíamos muy felices, hoy los ánimos se han dado la vuelta en Wall Street. Es la dinámica habitual de la Bolsa, que vive de lo que pasa en el momento y lo que ocurrió ayer es más antiguo que los dinosaurios. Pues bien, lo que pasó hoy es que el dato de viviendas nuevas ha sido malo y que las peticiones iniciales de desempleo han subido, lo que ha desinflado la alegría con la que abrieron los índices.

Recordarán que el dato que supuso el espectacular cambio de tendencia después de las caídas que comenzaron en agosto del pasado año fue la construcción de viviendas. El mercado supuso que eso es que las ventas están subiendo, pero resulta que las estadísticas oficiales reflejan que si noviembre fue un buen mes, diciembre volvió a las andadas, lo que ha terminado de configurar a 2011 como el peor año para las ventas de viviendas desde que se tienen registros.

En segundo término, aunque tan importante como la vivienda, la recuperación del mercado se ha sustentado en los buenos datos de empleo que han ido apareciendo, pero las peticiones iniciales de desempleo han vuelto a repuntar, como ya hicieran hace dos semanas, y ha vuelto a despertar algún nerviosismo entre los analistas, que recuerdan que la recuperación del empleo es el dato fundamental para asentar la recuperación de la economía.

Las esperanzas quedan de nuevo depositadas en el índice que suele salvar las situaciones complicadas, el Dow Jones. Cuando toca embalarse, se lo toma con algo más de calma pero cuando reaparecen los nervios, suele tomar las riendas. De hecho, hoy ha sido el que mejor ha mantenido el tipo.

Al cierre, el Dow Jones bajó escasamente un 0,18%, el S&P 500 un 0,47% y el Nasdaq Composite un 0,46%.