En este país hay clases. Por muy socialista que se tilde el Gobierno, en el fondo la política es lo que es. No puede vivir sin la economía. Son dos ámbitos que se retroalimentan y no pueden funcionar el uno sin el otro. ¿Qué hubiera hecho el sistema financiero mundial sin las decisiones políticas que han acudido en su auxilio? Ahora el presidente del Gobierno, acuciado como está con la prima de riesgo país en máximos históricos y el temor a que España sea el siguiente de la lista en el ataque despiadado del mercado, ha optado por la huida hacia adelante y ante la incertidumbre, lo que debe dar son mensajes de calma y tranquilidad.

En ese contexto entiendo que José Luis Rodríguez Zapatero se reunirá con la flor y nata de la economía española. Banqueros, grandes empresarios de todos los sectores cuya valía no sólo es reconocida en España sino más allá de nuestras fronteras, que en estos momentos es lo que vale e importa. Todos tienen mucho que decir porque, en muchos casos, la gran tajada de su negocio -más del 50%- procede del exterior y quiénes mejor para explicar al político dirigente lo que se cuece en el resto de las economías mucho más pujantes que la nuestra y con la sombra de la recesión cada vez menos alargada.

Zapatero tendrá que tomar nota. La política sabe que sin un sistema financiero saneado ningún país puede funcionar. No importa que las entidades tengan más tentáculos o menos. Lo importante es que estén saneadas. Pero también las principales empresas. ¿Qué ocurriría si Telefónica tuviera problemas de liquidez? ¿O Zara o El Corte Inglés? ¿O Iberdrola? ¿O las constructoras que exportan ingeniería de primera mano made in Spain?

{destacado}Lo malo es que tenemos que aceptar que ellos saben y que lo que digan prácticamente irá a misa. Y en este punto, desde siempre, la realidad económica es tan cruel y fría que se olvida de la realidad social. Zapatero ha convocado a los 30 principales empresarios españoles.  En su agenda, ni por asomo, figura una cita con los 30 parados que más tiempo llevan en el desempleo en nuestro país. O 30 de esos más que meritorios pensionistas que llegan a final de mes con poco más de 300 euros.

No se trata de hacer demagogia. Pero ahora que en los países periféricos de la eurozona, azotados por el implacable mercado, los rescatados son los bancos; y en países donde parece que la recuperación ha llegado llegan ampliaciones de la vida laboral… cada vez hay más protestas, más incomprensión de los ciudadanos por todo lo que está sucediendo. Quien propició la crisis es ayudado; el resto debemos contribuir a sufragar sus errores recortando prestaciones, derechos y sin saber todavía cuándo pararán de pedir más sacrificios ni de qué magnitud serán.

Ni el FMI, ni la OCDE, ni la CE, ni la Fed, ni el BCE ni todas las demás siglas ni las reuniones de todos los «Ges» con sus números correspondientes han hablado de los sufridos ciudadanos. Nos miden en términos de consumidores porque resulta que consumimos menos y eso va fatal para la economía; o del gasto que causamos a las finanzas públicas porque nadie renuncia a su pensión, esa que estará congelada en2011… y mucho menos nos quedamos retorcidos en nuestro dolor sin asistir a urgencias. Y que los dioses nos libren de cometer la osadía de pedir un crédito, porque entonces deberemos someternos al tercer grado para ver si damos el perfil adecuado, ese de que seguro, seguro que devolveremos el dinero… Y a estas alturas de la película a ver quién es el guapo que se libra de estar sometido a la presión de quedarse sin el puesto de trabajo.

Bueno algunos «guapos» hay que nunca lo perderán. Seguro que los 30 invitados de lujo del presidente del Gobierno ni se lo plantean. Zapatero, tal vez, sí, pero para eso queda más de un año.