Está visto que el mercado americano no se achanta así como así. Si los datos de empleo siguen siendo buenos, ¿por qué preocuparse de lo que pueda ocurrir en Grecia? Yo soy de los que cree que lo que pueda pasar con el país heleno está más que descontado y que casi todo el mundo ha dado por perdido el 50% de su inversión en el país o al menos cuanta con un retraso en los pagos, así que los grandes temores no tienen demasiada razón de ser.

Pero una cosa es que no tengan demasiado fundamento y otra que no vengan bien a los de siempre. «Miren ustedes, que ya llevan ganado bastante y ahora la cosa puede ponerse fea, así que mejor vendan» les cuentan a los «pequeñitos. Y muchos lo hacen y ellos aprovechan para comprar a mejores precios. Llevan muchas sesiones ya con unos «rabos» inferiores en las velas que delatan claramente lo que están haciendo.

¿Quiere decir esto que no hay que hacer caso a lo de Grecia? Tanto como no hacer ningún caso, no. Pero prestar demasiada atención a lo que no la merece tampoco tiene demasiado sentido. Lo que tiene sentido es prestar atención a los datos macro de la economía estadounidense y obrar en consecuencia, que lo de Grecia llevamos conviviendo con ello ya dos años y «huele» un poco.

Lo que queda claro es que en Estados Unidos sigue la marcha y la mejor prueba de ello es que el Dow Jones y el Nasdaq están en máximo plurianuales. ¿Quién dijo crisis?

En fin, que tras haber apuntado al sur descaradamente en el primer tramo de la sesión, bastó un buen dato y el rumor de que en Grecia las cosas van hacia un acercamiento (no puede ir hacia otro sitio, insisto) para que el mercado se pusiera a «remar». Tanto remó que remontó del todo y cerró en positivo.

El Dow Jones subió un 0,26%, el S&P 500 un 0,20% y el Nasdaq Composite un 0,07%.