La Generalitat «no descarta» nuevos tijeretazos

08/02/2012

Josep M. Orta. Cuando todo parecía atado para la aprobación de los presupuestos, las negociaciones con el PP se han torcido y la Generalitat no descarta nuevos recortes para cuadrar los números. Puede que se trate de una maniobra para asegurar los votos de CiU a la ley de estabilidad en el Congreso.

Todo el mundo daba por hecho el respaldo -con su abstención- del PP a los presupuestos de la Generalitat, pero primero las exigencias de los populares catalanes con la implantación de una tasa turística o la del euro por receta, así como las autoenmiendas de CiU a esta ley, han propiciado que el portavoz del PP Enric Millo asegurara que «un voto favorable a los presupuestos hoy por hoy es impensable y la abstención crítica se nos hace difícil» dado que interpreta que la Generalitat «ha optado por la vía fácil para reducir el gasto subiendo tasas». Y aún añadió que «este festival de tasas no estaba previsto en las negociaciones».

En medios políticos se interpreta este distanciamiento del PP a los presupuestos de la Generalitat como una forma de presionar a CiU para que los diputados de CiU den su voto favorable a la Ley de Estabilidad en el Congreso y eviten que esta propuesta prospere con los únicos votos del PP.

Sabido es que la actual postura del Govern es lograr que los presupuestos del 2012 cumplan con los objetivos de déficit del 1,3%, aunque numerosos sectores consideran más que improbable que se pueda cumplir esta meta, máxime con la desviación de medio punto en el ejercicio anterior. Si el año pasado ya recortaron 12.665 millones, este año la cifra se elevaría a otros 3.392. Además la previsión de ingresos por la venta de patrimonio se ha congelado ante la falta de ofertas que satisfagan a la administración catalana.

El Govern, en sus negociaciones con el PP, aceptó matizar sus propuestas sobre la tasa acerca de las recetas y el impuesto turístico. Con ello los doscientos millones que pretendía ingresar por estos conceptos se han evaporado y para compensarlo CiU ha presentado enmiendas a sus presupuestos proponiendo nuevos gravámenes, como un canon sobre el agua o un impuesto a las tiendas de conveniencia (las que abren las veinticuatro horas del día) que vendan tabaco. Todos los partidos de la oposición coincidieron en rechazar «esta batería de impuestos que castigarán aún más a las clases medias y populares». El portavoz del Govern, Francesc Homs, aseguró que los ingresos de la Generalitat están calculados según las previsiones de ingresos que hizo la anterior ministra de Economía, Elena Salgado, números que desde la Generalitat creen que están sobredimensionados, igual que la previsión de crecimiento del 0,8%, de la reducción del paro y del aumento del consumo interno, cuando con los actuales datos indican que estos cálculos no responden a la situación real. Sin embargo, Homs insistió que no hay otro camino que «cumplir con el objetivo del déficit, no hay otro» y aseguró que, aunque la ley prevé mecanismos para buscar vías para obtener nuevos ingresos que no impliquen nuevos recortes, «certezas absolutas de que no habrán nuevos recortes no las podemos dar».

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