Aprobado para Moldavia, Ucrania y Uruguay, que al menos mejoran su calificación respecto al curso anterior. Suspenso, en cambio, para Azerbaiyán, Bahrein, Bielorrusia, Colombia, Croacia, Egipto, Malvinas (ocupadas por el Reino Unido, que prefiere denominarlas Islas Falkland). Gabón, Guatemala, Guinea Bissau, Libia, Marruecos, Omán, Pakistán, Sáhara Occidental (ocupado por Marruecos), Swazilandia, Siria, Tailandia, Túnez, Uganda y Vietnam. Estos 21 países empeoran su nota en el Mapa de Riesgo Político que, desde hace 19 años, el grupo de gestión de riesgos Aon, en colaboración con Oxford Analytica, el mercado asegurador Lloyd’s (y las compañías que, dentro de él, cubren riesgos políticos) y la OCDE. Este Mapa muestra que la denominada primavera árabe, y el impacto en otros países de la zona, suscitan alarma entre las empresas y, también, entre las aseguradoras que tienen que cubrir los riesgos de éstas. La gestión de los riesgos políticos busca proteger los contratos y los activos que tienen las empresas en el extranjero.
A esta situación se une la incertidumbre que genera el proceso de elecciones en Estados Unidos, Francia, Japón, Rusia y China, entre otros países (Argelia, Gambia, Guinea Bissau, Sierra Leona, Angola, Burkina Fasso, Camerún, Congo, Guinea Ecuatorial, Ghana, Kenia, Lesotho, Madagascar, Mali, Senegal, Sudán, Togo, Zambia, Zimbaue, Egipto, Siria, Irán, Palestina y Yemen), más la crisis de la deuda en la Unión Europea. Todo esto hace que las empresas tengan un creciente interés por las fórmulas aseguradoras que cubren los riesgos políticos, señala Pedro Tomey, director de Aon.
Mariano Viale, director de Riesgo Político y Caución Internacional de Aon España, destaca que hay cinco países que han sufrido una doble bajada de calificación en cuanto a seguridad de las inversiones extranjeras allí, todas ellas ligadas a la situación creada por la primavera árabe: Egipto, Libia, Siria, Túnez y Sáhara Occidental.
El Mapa de Riesgo Político de Aon muestra que hay 22 países considerados de muy alto riesgo: Bielorrusia, Venezuela, Cuba, Haití, Sudán, Sudán del Sur, Bolivia, República Democrática del Congo, El Salvador, Eritrea, Guinea Bissau, Guinea Conakry, Irak, Líbano, Corea del Norte, Zimbaue, Irán, Afganistán, Yemen, Somalia, Siria y Pakistán.
Y señala que en el riesgo de transferencias de divisas, empeora Swazilandia, y mejoran Argelia, Bosnia y Ucrania. En el de deuda soberana, aparecen Egipto, Croacia, Swazilandia y Vietna, mientras mejora Turkemistán. En cuanto al riesgo de violencia política o de guerra (que incluye el terrorismo), crece en Libia, Sierra Leona y Turkemistán. El riesgo de interferencias políticas, con amenazas de incautaciones o expropiaciones, crece en Egipto, Gambia, Perú, Libia y Sáhara Occidental. Y el de ruptura de la cadena de suministro de productos aumenta en las Malvinas (por el conflicto existente entre el Reino Unido y Argentina), Guinea Conakry, Libia, Papua Nueva Guinea, Siria, Tuvalu y Vanuatu.
Un 2012 muy interesante
Mariano Viale, director de Riesgo Político y Caución Internacional de Aon España, considera que frente a un 2011 “bastante estable”, este año será “muy interesante” porque se podrá comprobar si se consolida o no la primavera árabe, y cómo muchos países logran superar la coexistencia de una crisis económica y financiera con otra política.
Las previsiones apuntan a mayores riesgos de inestabilidad en África, y a que en determinados países, sobre todo los ligados a la primavera árabe, puedan producirse situaciones en las que el mercado asegurador se niegue a ofrecer cobertura ante determinadas contingencias, incluso a un coste muy elevado. Pero también a que, dado el incremento registrado en las operaciones de seguros ligadas al riesgo político, haya más aseguradoras interesadas en participar en la cobertura de estas contingencias.
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