Lo harán en el segundo semestre de este año y 2013, una vez se hayan ajustado a la baja los precios.

Las empresas estadounidenses presentes en España manifiestan los primeros indicios de recuperación, pero siguen siendo muy críticos con la situación económica en nuestro país, aunque contemplan con esperanza las reformas abordadas por el Gobierno Rajoy, según se pone de manifiesto en el octavo barómetro de las empresas de Estados Unidos en España, realizado por un equipo de profesores de Esade dirigido por Pere Puig bajo el patrocinio de UPS.

El presidente de la Cámara de Comercio estadounidense en nuestro país, Jaime Malet, ha subrayado en la presentación del estudio que “muchos fondos de inversión de Estados Unidos esperan a que culmine el proceso reforma del sistema financiero español para comprar activos, pero eso no se producirá hasta  que se ajusten los precios a la baja”, un extremo que ocurrirá en el segundo semestre de este año y el próximo ejercicio. Malet también asegura que no se vislumbran deslocalizaciones de empresas estadounidenses que quieran marcharse de España. “Al revés, las compañías presentes ya han hecho sus deberes de reestructuración y ajustes en años anteriores y ven por primera vez luz al final del túnel”, afirma Malet, quien tampoco advierte mucho flujo de inversión de Estados Unidos en nuestro país en estos momentos.

El estudio revela que un 81% de las 425 multinacionales de capital estadounidense establecidas en España están satisfechas con sus resultados, mientras el 52% aumenta sus perspectivas de actividad, un 42% prevé más contratación de personal y un 15% anuncia nuevas inversiones, mientras perciban un freno en el desplome de la demanda. Aunque el barómetro señala por primera vez en los últimos años indicadores optimistas, un 30% de las empresas estadounidenses presentes en España sigue pesimista en sus perspectivas de actividad. No obstante, el 46% asegura que mantendrá sus plantillas y un 41% afirma que mantendrá sus niveles de inversión.

En los aspectos críticos, arrasa la opinión de los empresarios que siguen siendo críticos con la situación económica en España y sobre determinados aspectos de la política económica llevada a cabo, aunque Malet ha matizado que “viernes a viernes, tras cada Consejo de Ministros, vemos sin matices un mayor confort desde hace un mes porque se están adoptando medidas favorables a la economía en general y para la estadounidense en España en particular”.

La facturación agregada de las 425 compañías estadounidenses presentes en España es de alrededor de 70.000 millones de euros, lo que supone el 7% del PIB español y da empleo a más de 300.000 trabajadores, lo que representa un 3,1% del empleo privado en nuestro país. Y es que Estados Unidos es el primer inversor extranjero en España desde la década de los 60. Estas empresas exportan más del 9% del total de las exportaciones españolas e invierten un 10% de la Investigación y Desarrollo (I+D) que se genera en España por parte del sector privado.

Primeros brotes verdes

Además de las buenas perspectivas de actividad para las empresas estadounidenses en España que apunta el estudio de Esade, por primera vez desde el año 2009 aumenta el número de empresas que afirma querer ampliar sus plantillas, y lo hace de forma contundente, con un 42% que asegura que van a hacerlo frente el 16% que lo afirmaban en 2009 y 2010. Un 46% va a mantener sus plantillas y sólo un 12% seguirán reduciéndolas.

Respecto a los planes de inversión, aunque se mantiene un ambiente de contención, también se percibe cierta mejora en las expectativas de las compañías estadounidenses en nuestro país, ya que el 29% ha indicado que sus planes de inversión estaban siendo superiores al ejercicio anterior frente al 15% que lo hizo en el barómetro de 2010. Un 41% mantiene el nivel de inversiones previstas.

Las empresas estadounidenses también detectan que la caída de la demanda se está frenando. En este barómetro un 36% de empresas afirma que su demanda es débil o decreciente, mientras que en 2009 y 2010 eran más de la mitad. Por otro lado, aumenta hasta un 85% las empresas que detectan una competitividad creciente en sus mercados y sectores. En el 2009 las empresas que lo percibían era de un 70% del total.