Podría parecer que cada sesión de Bolsa es distinta, y de hecho lo es, por eso resulta sorprendente el patrón repetitivo que ha adoptado Wall Street en los últimos tiempos. Es cierto que es bastante habitual que Wall Street haga la maniobra que de cuando en cuando he calificado como «la del pulpo«, consistente en amagar a la baja en la apertura y salir al alza, pero hacerlo constantemente, un día tras otro, me tiene un poco preocupado.

He estado repasando gráficos de los índices americanos y no encuentro ninguna fase en la que constantemente las velas sean «de vuelta«, porque lo que está claro es que, mirando los mínimos de cada sesión, el mercado está aprovechando para corregir, aunque lo haga de forma meteórica.

Por lo general, estas velas en una corrección suelen representar el final de la misma, pero el problema es que mirando sólo los índices no se aprecia una corrección ya que, aunque muy poco a poco, sigue subiendo. En fin, que todo se ha vuelto loco y es un poco impredecible.

¿Quiere esto decir que estemos ante algún peligro inminente? Nunca se sabe, pero el mal de altura parece evidente y son muchos los que han ganado mucho dinero desde el pasado mes de noviembre, por lo que parece momento de rotación de carteras. La aparición del volumen en las últimas sesiones así parece confirmarlo y el caso de hoy en el S&P 500 es especialmente significativo.

Lo que nos queda es la duda de si este aumento de volumen es señal de que la masa está volviendo o si simplemente es consecuencia de que los grandes siguen cargando el saco. No se aprecia una desbandanda de los grandes, así que nos lo tomaremos por el lado positivo y seguiremos esperando a que el Dow (que por cierto parece ser el más cansado) llegue a los 13.130 puntos, que el el objetivo del Hombro-Cabeza-Hombro invertido que rompió para dar paso a esta fase alcista.

Al cierre, el Dow Jones subió un 0,05%, el S&P 500 un 0,15% y el Nasdaq Composite un 0,39%