Segovia, una ciudad entre dos aguas

10/02/2012

Luis García.

Los cursos del Eresma y el Clamores pueden pasar desapercibidos al turista que visita Segovia, pero estos ríos y su erosión, conformaron la ciudad.

Os proponemos empezar a caminar en el Azoguejo, al pie de donde el Acueducto alcanza mayor altura y compone una de las imágenes más representativas de la ciudad.

Subimos por la calle Real en la que los establecimientos tradicionales se han revestido para hacer guiños al turista, y al final de la cuesta encontramos la plaza Mayor; sus cafeterías son un buen sitio para observar la «fauna» segoviana: intelectuales y artistas que huyen, o dicen huir, del bullicio; profesionales; madereros de Valsaín; e industriales varios.

Abandonamos la plaza pasando ante la catedral y la imagen de San Frutos, para llegar al Alcázar. En los jardines que hay ante la fortaleza, es muy conveniente dar un vistazo por la barandilla de la izquierda hacia el valle del Clamores, y es imprescindible hacerlo por la derecha; hacia la iglesia de los Templarios, el pueblo de Zamarramala, y los cañones horadados en la estepa castellana por tímidas corrientes de agua que vienen en busca del Eresma.

Hay que bajar al Eresma y cruzarlo, para desde El Parral remontar el rio por amplios caminos entre la arboleda, hasta el barrio de San Lorenzo. En esas orillas podemos ver los restos de antiguos molinos papeleros y de la Real Fábrica de la Moneda. Las aguas, aunque no son espectacularmente abundantes, fueron la fuerza motriz de la tecnología punta de otro tiempo.

Plaza e iglesia del barrio de  San Lorenzo son imprescindibles de visitar, y cuando desde allí retornemos al Azoguejo habremos echado la mañana, pero sería muy conveniente que pudiéramos echar al menos media tarde para ir al valle del Clamores; y descendiendo por él, acercarnos a la Fuencisla, para desde allí ver el Alcázar convertido en gigantesco mascarón de proa, alzado sobre los cañones de los dos ríos.

Distancias

Desde el Azoguejo al Alcázar 1,6 kilómetros. Desde el Alcázar bajar al Eresma, remontar hasta el barrio de San Lorenzo y retornar al Azoguejo, 3,5 kilómetros.

Desde el Azoguejo ir a la Fuencisla por el valle del Clamores, 2,5 kilómetros.

Desde la Fuencisla hasta la Plaza Mayor, 1,5 kilómetros con cien metros de desnivel de subida.

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