Era el objetivo que se había fijado con motivo de la presentación de resultados del grupo bancario: demostrar con cifras la capacidad de la entidad de generar los suficientes recursos de provisiones y capital como para cumplir las nuevas exigencias sin tener que recurrir a fusiones que permitieran alargar el plazo establecido.

Y por eso Rodrigo Rato, que fue contundente en algunas respuestas pero muy evasivo en otras, reiteró en varias ocasiones el esfuerzo de saneamiento llevado a cabo por Bankia en el año escaso de existencia que tiene; la reducción de la capacidad instalada que ha realizado y el convencimiento de que en 2012 cerrará cumpliendo todos los requisitos. Para empezar, con cargo a 2011, ha cubierto el 34% de las nuevas exigencias, y aún le han sobrado 309 millones de euros de los que la mitad podrán destinarse a dividendos, bajo la modalidad de pago en efectivo o en nuevas acciones.

En su exposición, el presidente de Bankia hizo referencia a que el margen de intereses ha tenido un crecimiento sostenido a lo largo de los trimestres, gracias según el consejero delegado a que la adecuación de los créditos a tipos variables ha jugado a su favor. Porque la inversión crediticia ha descendido en la entidad, como en el conjunto del sector y como parece que seguirá ocurriendo en este año. El problema es que en 2012 la renovación de los créditos variables jugará en esta ocasión a la contra para la entidad.

Rato quiso sentar una diferencia con el resto de los grandes bancos nacionales, con los que se compara Bankia, al señalar que la entidad que él preside ha hecho los deberes en cuanto a reducción de la capacidad instalada (se han cerrado 817 oficinas y la plantilla ha disminuido en 3.833 personas) mientras que las demás no lo han hecho. “Las provisiones inmobiliarias son pro cíclicas”, señaló, argumentando que en recesión hay que hacer muchas pero que cuando el ciclo cambie se liberan. Por el contrario, en su opinión, la adecuación de la capacidad instalada “es algo estructural”, es decir “algo que hay hacer en cualquier caso”. Y presumió de haberlo hecho ya, lo que le ha proporcionado un ahorro de costes de 292 millones de euros, y está a la espera de que los demás lo hagan. “Retrasar el ajuste”, dijo, “es agravar el problema”.

La morosidad de Bankia está en línea con la del sector, cerró diciembre con el 7,63% y la general del sector en noviembre era del 7,51% y Rato afirmó que seguirá creciendo, “porque evoluciona en el mismo sentido en que lo hace el desempleo”, haciendo suya la predicción de la CECA de que a finales de año superará el 8%.

En línea con esa realidad, el grupo liderado por Rato, destinó 2.553 millones de euros a provisiones para cumplir los requisitos existentes hasta el 31 de diciembre y ha dedicado 1.139 millones adicionales para empezar a cumplir las nuevas exigencias aprobadas por el Gobierno hace unos días.

De acuerdo con la nueva normativa, y con la morosidad actual, Bankia necesitará tener a finales de 2012, 3.396 millones de euros más de nuevas provisiones y 1.674 de nuevo capital. De esas nuevas provisiones 1.139 ya existen por lo que en este ejercicio tendrá que dotar al menos 2.257 millones, a los que habrá que añadir los derivados del crecimiento de la morosidad y el deterioro de su balance.

En cuanto a la generación de capital nuevo, Bankia considera que no tendrá problema para obtenerlo, tanto por la vía interna y el pago de dividendos en acciones, como por el canje de preferentes y obligaciones subordinadas en instrumentos directos de capital o en otras formas de activos reconocidos como tal. Ya ha anunciado un canje de deuda y preferentes por hasta 1.227 millones de euros.

Rato no quiso opinar sobre la decisión el Gobierno de limitar el salario de los directivos de entidades que hayan recibido ayudas argumentando que “era algo que le afectaba personalmente” y volvió a utilizar declaraciones del presidente de la Caixa y del BBVA para negar la existencia de posibles intentos de estas entidades por hacerse con el control de Bankia.

Respecto a la posibilidad de que Bankia acabe adquiriendo en subasta a Unnim, el banco surgido de las cajas de Terrassa, Manlleu y Sabadell, Rato señaló que aún no se ha decidido si pujarán finalmente o no por ella y que están abierto a estudiar toda oportunidad “que sea beneficiosa y no suponga un problema”. Reiteró una vez más que la participación de Bankia en el Banco de Valencia, intervenido por el Banco de España,  era una inversión financiera y que estaban a la espera de la valoración de la autoridad monetaria, “aunque está aprovisionado completamente para evitar cualquier problema”.