La fortaleza del yen, el debilitamiento de la demanda de los mercados internacionales y la caída delo consumo interno son las causas que la estadística refleja como principales para el mal resultado final. La demanda interna sólo aportó una décima al dato del PIB, frente al 0,9% aportado anteriormente.

En términos interanuales, el Producto Interior Bruto (PIB) de Japón  experimentó un retroceso del 2,3%, mientras que en el conjunto de 2011, en el que sólo en el tercer trimestre se registró una dato positivo de crecimiento, la economía nipona retrocedió un 0,9%.

De este modo, Japón registra por primera vez desde 2009 un dato anual de crecimiento negativo y continúa sin resolver los problemas que afectan a su economía desde principios de los años 90, cuando estalló la burbuja inmobiliaria en el país.