Túnez y su primavera árabe

14/02/2012

Pascual Hernández, de viajeroshoy.com.

El 14 de enero de 2012 se cumplió el primer aniversario de la Revolución de los Jazmines que ha devuelto la democracia al país africano tradicionalmente más abierto y europeo, por su permanente contacto cultural y turístico con Occidente. Viajé a Túnez para vivir ese día de celebración y júbilo con los tunecinos, entre la emoción de asistir a una fecha histórica -Túnez fue el primer país en iniciar ese movimiento que se ha dado en llamar La primavera Árabe, que luego se ha extendido a países como Egipto, Libia o Siria. Nada más llegar al aeropuerto de Cartago, situado a 6 km del centro de la capital, Túnez o Tunis, se disiparon buena parte de mis dudas ya que allí reinaba un ambiente sereno, seguro y tranquilo. Como lo fue también luego el trayecto al Regency Tunis Hotel situado en La Marsa, 20 km al norte del centro de la ciudad, junto a las costas de la legendaria ciudad de Cartago. El Regency es un espléndido resort de 5 estrellas situado junto al Mediterráneo y con todos los lujos que uno pueda desear: Spa, dos piscinas al aire libre y una cubierta, gimnasio, tres restaurantes, discoteca y 201 amplias y confortables habitaciones con baño completo, televisor LCD, minibar, servicio de café y té, acceso a internet y wifi gratuito, etc.

Varias ciudades en una sola

El centro de la capital tunecina está compuesto por dos ciudades muy diferentes: al Oeste, la Medina, el casco antiguo musulmán que apenas si ha cambiado de aspecto desde la Edad Media y donde se encuentra el Túnez más genuino y atractivo para el turista. Allí están los numerosos zocos donde los comerciantes venden sus perfumes, alfombras, cerámica, ropas, joyas, orfebrería… las mezquitas que llaman a la oración cinco veces al día… los palacios de bellos arcos, patios, celosías y arabescos que parecen haber sido escenario de un cuento de las Mil y Una Noches, las estrechas callejuelas empedradas con casas encaladas y puertas con arcos de madera y aldabas, cafeterías donde los tunecinos fuman en narguiles (pipas de agua y tabaco aromático) mientras toman un delicioso té verde… los hammam o baños tradicionales con entrada separada para mujeres y hombres… las madrasas donde los niños van a ser formados… Es el Túnez más árabe y tradicional. Enfrente, al Este de la ciudad, encontramos la parte nueva, la Ville Nouvelle, construida por los franceses durante la ocupación del país (Túnez se independizó de Francia en 1956) donde existen grandes avenidas como la Habib Bourguiba, la Avenue de France, la Avenue de París, Avenue Cartago, Avenue Habib Thameur, Avenue de Londres, etc, con grandes rascacielos, hoteles y teatros de estilo Art Nouveau y Art Deco, una catedral católica, cines, tranvías, comercios de marcas occidentales, bares y cafés al estilo europeo. Una parte nueva que se construyó tras drenar una gran extensión del enorme lago interior salado existente junto a Túnez ciudad y cuyas aguas prácticamente llegaban hasta las mismas murallas de La Medina. El enorme plan urbanístico creó una ciudad moderna que hoy convive con la tradicional Medina.
La gran avenida arbolada Habib Bourguiba -en honor al héroe de la independencia y presidente tunecino en 1956 Habib Bourguiba- realizada a semejanza de los parisinos Campos Eliseos es el centro neurálgico de esa Ville Nouvelle. En uno de sus extremos destaca la Torre del Reloj, por la noche es iluminada y suele ser punto de encuentro de los jóvenes. Recorrí los cafés de la avenida el Café Tunis, Café Claridge, Le Parnasse y descubriendo las costumbres de los tunecinos. Un auténtico carrusel visual de múltiples indumentarias occidentales y árabes que se cruzaban con total normalidad ante mi fascinada mirada. Pasé junto al Teatro Municipal, construído por los franceses a inicio del siglo XX con una fachada blanca de estilo art nouveau y bello estucado que sigue siendo punto de encuentro para conciertos y conferencias.

Más adelante, a la altura de la Plaza de la Independencia, frente a la Embajada de Francia, se encuentra la única catedral católica del país abierta al culto, San Vicente de Paúl. Construída en 1882 sobre el solar de un antiguo cementerio cristiano. Posee dos torres gemelas a cada lado de la fachada y fusiona la arquitectura gótica y árabe, destacando su cúpula bizantina. En la puerta de la catedral conocí a una monja española que me informó que al templo sólo entran cristianos extranjeros, como exige el acuerdo tácito entre la orden religiosa y el estado tunecino.

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