La alegría de Cádiz

17/02/2012

Pascual Hernández de www.viajeroshoy.com.

Tiene seis siglos de historia y está como nuevo. Es el Carnaval de Cádiz, donde la ciudad se convierte en escenario y su gente en protagonista porque llega don Carnal. Como casi todos los años entre el 16 y el 26 de febrero. Los barrios del casco histórico, y especialmente La Viña, acaparan la mayor parte de la fiesta, declarada oficialmente de interés turístico internacional. Cabalgatas, tablaos, actos gastronómicos… es difícil definir el carnaval y aún más en Cádiz.

Oficialmente el carnaval empieza el día 16 de febrero pero la ciudad ya está entregada a la fiesta desde antes. Tampoco el final real de la fiesta coincide con el oficial, ya que aunque el 26 de febrero es domingo de piñata y un castillo de fuegos artificiales dice adiós el fin de semana siguiente tiene lugar el “carnaval chiquito” o “carnaval de los jartibles, para los que todavía quieren más. Primero llegan las degustaciones gastronómicas y el comienzo del concurso de agrupaciones de Carnaval –cuartetos, chirigotas, comparsas y coros- que concluye el día 17 de febrero con la Final en El Gran Teatro Falla. Un concurso que repasa con coplas y actuaciones sobre el escenario –y después en la calle- la actualidad gaditana, andaluza, española y mundial, en clave de humor. Nadie se libra del ingenio y la ironía de los letristas del carnaval de Cádiz.

La Gran Final del Teatro Falla da paso al carnaval en la calle y el pueblo se hace el único protagonista de esta fiesta. El sábado 18 es el pregón del carnaval en la plaza de San Antonio en un acto multitudinario. Una noche en la que la ciudad multiplica su población. La única regla es venir disfrazado de lo que sea y con ganas de pasárselo bien.
Sin lujos, con lo primero que se encuentre a mano. Porque este no es el carnaval de la elegancia, sino el de las ganas de reírse hasta de uno mismo y de bailar en la carpa.

De día y de noche

El día siguiente no es menos multitudinario. El carnaval deja momentáneamente su carácter nocturno y se desarrolla con el calor del mediodía. El carrusel de coros toma las calles del centro y es un placer escucharlos, tomando una copa, animándoles y cantando con ellos desde las dos de la tarde. El año pasado, tras varios de ausencia el carrusel retornaba a la Plaza del Marcado. Los más pequeños prefieren disfrutar con la cabalgata magna que atraviesa la Avenida en un desfile de color el domingo día 19 al caer la tarde. De aquí a los fuegos artificiales con el mar de fondo.
El lunes 20 el carrusel de coros vuelve a tomar el centro con un público menos numeroso, al tratarse de un día festivo sólo en la ciudad de Cádiz. En los días de entre semana el volumen de actos carnavalescos se reduce ligeramente al ser días laborables. Es una buena oportunidad para escuchar a las agrupaciones por los distintos tablaos que se instalan en la ciudad y disfrutar de las ilegales en la Viña hasta altas horas de la madrugada. El viernes 24 de febrero vuelve la actividad frenética, Sólo quedan tres días de carnaval y los gaditanos y visitantes quieren aprovechar hasta el último segundo. La Viña, el barrio más típico del carnaval acoge un nuevo carrusel de coros, en este caso nocturno. Es la excusa ideal para pasar en las calles de este barrio la noche entera.

El sábado de piñata la calle de la Palma, también en la Viña, es escenario de la Cabalgata Chica. Por último, el domingo de piñata, 26 de febrero, el carnaval finaliza con la quema de la bruja Piti en la gaditana playa de la Caleta, mientras, a pocos metros, desde el Castillo de San Sebastián se lanzan los fuegos artificiales que ponen punto y final a las fiestas de don Carnal para la mayoría. Y decimos la mayoría, porque todavía queda un fin de semana de carácter oficioso. No es festivo ni está recogido en ningún calendario oficial, pero las ganas de carnaval del pueblo han hecho que el domingo siguiente al de piñata, este año el 4 de marzo, se celebre el llamado carnaval chiquito o carnaval de los “jartibles para aquellos que aún no han tenido bastante con 10 días de carnaval y siguen con ganas de escuchar coplas. Ese día las agrupaciones ilegales toman las calles e interpretan su repertorio ante un público menos numeroso que durante el carnaval oficial. Es un acto más íntimo, diferente a los populosos días de carnaval cuando es difícil andar por la calle. El público es en su mayoría de la propia ciudad o de localidades cercanas y es una buena oportunidad para escuchar la gracias y el humor de estas agrupaciones de una forma más tranquila

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