Aunque los datos aún no son oficiales los sindicatos calculan que entre el 70 y el 80% del sector público ha participado en la huelga. Cifras que distan mucho a las del gobierno, que sitúa el porcentaje de participación en un escaso 20,1%. Según la Federación Nacional de la Función Pública (FNSFP) los sectores de transportes, salud, educación y seguridad social son lo que mayor adhesión han tenido, con un 90%.

Los presidentes de las dos asociaciones organizadoras, CGTP (Confederación Nacional de los Trabajadores Portugueses) y UGT se mostraron muy satisfechos con los primeros datos sobre la participación y desarrollo de la concentración. En una rueda de prensa celebrada ayer por la  tarde en la sede de la CGTP, su portavoz, Manuel Carvalho da Silva señalaba: «esta huelga tendrá consecuencias en lo inmediato y en el futuro […] A partir de ahora vamos a ser más exigentes y más fuertes en la defensa de nuestras reivindicaciones como el salario mínimo, el cumplimiento de los acuerdos en defensa de los trabajadores y desempleados, y en la exigencia de políticas diferentes». A su vez, João Proença de UGT, resumia: “ha sido una gran jornada de respuestas a la política, una gran jornada que da esperanza a un futuro mejor”.

Las respuestas por parte del gobierno no se han hecho esperar. La ministra de trabajo Helena André aseguraba ayer, que «los portugueses no solo saben el alcance de estas medidas (presupuesto del Estado), sino que también saben que todas estas medidas son esenciales para el bien colectivo, presente y futuro». Por lo tanto, «no podemos esperar que el gobierno cambie sus propuestas y su orientación sobre este asunto.» Muy contraria a los números ofrecidos por los sindicalistas, la ministra añadió: «si contamos la población ocupada en Portugal, vemos que están registrados cási 5 millones de trabajadores. Si tres millones hubieran participado en la huelga, el país se hubiera detenido. Y todo lo que hemos podido ver es que el país ha estado funcionando y no se ha detenido».

Pese a la expectación suscitada en los últimos días, la jornada transcurrió bastante tranquila con “pocos y pequeños” altercados, (según los medios) y con la celebración de actos tanto lúdicos como reivindicativos, protagonizados por representantes de los sindicatos portugueses, en las principales ciudades lusas. Por la mañana la emblemática Praça do Rossio, situada en el centro de Lisboa, se despertada con un camión de la Unión de los Sindicatos de Lisboa donde parte de sus miembros presentaban sus discursos y quejas sobre las propuestas para el presupuesto de estado de 2011. Más al norte, en la Praça da Batalha, en O Porto, se instalaba a las 10 de la mañana, una tribuna de información al ciudadano. En cuanto a los actos organizados por la tarde, destaca el celebrado en la Praça da Figueira, también en Lisboa, donde ha tenido lugar un espectáculo bajo el lema “contra las injusticias, cambio de política”, en el que han participado de varios artistas solidarios con la concentración.